Col. Cnel. José F. Lopez, Concepción (ABC). El Indert inició ayer la anunciada intervención en Antebi Cue. Con más entusiasmo que medios, los funcionarios del instituto comenzaron a entregar cédulas de notificación. Los ocupantes de tierra, sean campesinos o ganaderos, disponen de cinco días para justificar la posesión del inmueble. Ayer se trabajó en los asentamientos 29 de Junio y Yvy Marãne’y.
Llamó la atención que buena parte de los campesinos son simples cuidadores. Se localizó un impresionante establecimiento ganadero, supuesta propiedad de un narcotraficante.
En la tarde de ayer, funcionarios del Instituto de Desarrollo Rural y de la Tierra (Indert) iniciaron una intervención administrativa en las tierras conocidas como Antebi Cue. Las tareas están bajo la dirección del Abog. Bernardo Insaurralde, titular del Departamento de Asesoría Jurídica del instituto agrario.
El trabajo se lleva a cabo con más entusiasmo que soporte técnico: los equipos de trabajo no disponen de un GPS, no cuentan con planos actualizados y no existen en el terreno las comodidades básicas para la planificación de un trabajo de esta envergadura.
Como ejemplo vale la pena mencionar que la oficina del Indert en esta colonia, conocida también como Puentesiño, apenas sí dispone de un escritorio. Ayer, al llegar la delegación del Indert a esta localidad, el local estaba cerrado; fue necesario esperar la llegada del agente local para poder ingresar y disponer por lo menos de espacio para organizar los documentos que debían ser entregados.
Dado que la intervención comenzó en la tarde, y no en la mañana como estaba previsto, el tiempo permitió que solo dos asentamientos pudieran ser visitados: 29 de Junio y Yvy Marãne’y, que fueron seleccionados para iniciar las tareas, dada su cercanía con Puentesiño.
Cuatro camionetas, con escolta de efectivos policiales de la FOPE, se internaron en ambos asentamientos. El objetivo fue entregar en cada vivienda las cédulas de notificación. El documento expresa: “…en el perentorio e improrrogable plazo de cinco días hábiles procedan a ejercer ante la institución los derechos que crean tener sobre los lotes que ocupan”.
Se aclara que, en caso de no cumplir el mandato, el Indert “iniciará las acciones legales correspondientes”.
Dada la difusión de informaciones relacionadas a la intervención del Indert, a través de
El trabajo se lleva a cabo con más entusiasmo que soporte técnico: los equipos de trabajo no disponen de un GPS, no cuentan con planos actualizados y no existen en el terreno las comodidades básicas para la planificación de un trabajo de esta envergadura.
Como ejemplo vale la pena mencionar que la oficina del Indert en esta colonia, conocida también como Puentesiño, apenas sí dispone de un escritorio. Ayer, al llegar la delegación del Indert a esta localidad, el local estaba cerrado; fue necesario esperar la llegada del agente local para poder ingresar y disponer por lo menos de espacio para organizar los documentos que debían ser entregados.
Dado que la intervención comenzó en la tarde, y no en la mañana como estaba previsto, el tiempo permitió que solo dos asentamientos pudieran ser visitados: 29 de Junio y Yvy Marãne’y, que fueron seleccionados para iniciar las tareas, dada su cercanía con Puentesiño.
Cuatro camionetas, con escolta de efectivos policiales de la FOPE, se internaron en ambos asentamientos. El objetivo fue entregar en cada vivienda las cédulas de notificación. El documento expresa: “…en el perentorio e improrrogable plazo de cinco días hábiles procedan a ejercer ante la institución los derechos que crean tener sobre los lotes que ocupan”.
Se aclara que, en caso de no cumplir el mandato, el Indert “iniciará las acciones legales correspondientes”.
Dada la difusión de informaciones relacionadas a la intervención del Indert, a través de
las radios comunitarias de la zona, la gente ya aguarda la llegada de los funcionarios. Ayer se notó que mientras los campesinos estaban en sus viviendas, los establecimientos ganaderos estaban vacíos de personas responsables.
¿Estancia de narcotraficante?
Un detalle que llamó la atención de los intervinientes es que la mayoría de los campesinos entrevistados en el asentamiento 29 de Junio eran cuidadores de lotes. Familias enteras se encontraban a cargo de tierras, pero como simples encargados.
Los predios en cuestión se extienden a lo largo del asentamiento y resultaba notorio que habían sido objeto de quema, de un lote a otro, en forma continua.
La inspección permitió comprobar que las quemas giraban en torno a una estancia ubicada en el punto más elevado de la colonia. Hasta allí llegaron los funcionarios del Indert: una estancia impresionante, por su edificación, por los medios mecánicos disponibles y el movimiento de personal ocupado en tareas de construcción.
Según los vecinos del lugar, el establecimiento pertenece a un narcotraficante brasileño conocido como “Cabeza branca”. En el casco de la estancia, la cocinera dijo ser el único personal en el lugar. Alegó no conocer al dueño, ni al capataz ni al contratista de obras, pero reconoció que lleva tres años trabajando en el sitio.
¿Estancia de narcotraficante?
Un detalle que llamó la atención de los intervinientes es que la mayoría de los campesinos entrevistados en el asentamiento 29 de Junio eran cuidadores de lotes. Familias enteras se encontraban a cargo de tierras, pero como simples encargados.
Los predios en cuestión se extienden a lo largo del asentamiento y resultaba notorio que habían sido objeto de quema, de un lote a otro, en forma continua.
La inspección permitió comprobar que las quemas giraban en torno a una estancia ubicada en el punto más elevado de la colonia. Hasta allí llegaron los funcionarios del Indert: una estancia impresionante, por su edificación, por los medios mecánicos disponibles y el movimiento de personal ocupado en tareas de construcción.
Según los vecinos del lugar, el establecimiento pertenece a un narcotraficante brasileño conocido como “Cabeza branca”. En el casco de la estancia, la cocinera dijo ser el único personal en el lugar. Alegó no conocer al dueño, ni al capataz ni al contratista de obras, pero reconoció que lleva tres años trabajando en el sitio.