Urbieta y sus fieles concejales pidieron ayer al gobernador, Édgar López, su ayuda para mejorar las calles y caminos vecinales. Tras el encuentro destacó que su interés principal está en obtener la paz para la ciudad y no descartó la posibilidad de una renuncia por decoro. “Quiero que se aclare todo, hasta inclusive puede ser por decoro salir como siempre decía el gobernador; quiero entrar con la mano limpia y salir con la mano limpia, quiero entrar por la puerta grande y salir por ahí”, dijo.
Señaló que conversó con Pablo Desvars, uno de los indignados, y que le planteó transparencia, participación ciudadana y mejor gestión, y que en base a esas condiciones se puede dialogar con los manifestantes, que, a su criterio, tampoco tienen más argumentos. “Yo no tengo problemas para dialogar, lo que no quiero es enfrentamiento”, sentenció.
En relación a las próximas elecciones municipales, en un principio había manifestado que se presentaría para la reelección, sin embargo, ayer dijo que le gustaría buscar tranquilidad por un buen tiempo.
Reconoció que en algún momento actuó con soberbia y hasta pidió disculpas a periodistas críticos a su gestión y que espera terminar su periodo en el marco de la democracia.