El presidente de la República, Fernando Lugo, admitió ayer haberse inspirado en la historia de la ciudad de Concepción para forjar su personalidad. El mandatario estuvo en la capital del Primer Departamento para inaugurar mejoras en el Hospital Regional.
Manifestó que su "espíritu de rebeldía" fue inspirado en "la revolucionaria ciudad de Concepción".
Subrayó que Concepción es como un león dormido, y agradeció a la capital del Primer Departamento porque, según admitió, le ayudó a desarrollar una "sana y heroica rebeldía". "Gracias, Concepción, porque he aprendido mucho en este departamento", enfatizó.
El presidente se refería a la sangrienta revolución de 1947, originada en Concepción, donde una coalición de liberales, comunistas y febreristas se alzó en armas contra el Gobierno del presidente Higinio Morínigo, debido a una serie de restricciones políticas adoptadas por el referido mandatario.
El cuartel general de los revolucionarios fue instalado en Concepción, al mando del coronel Rafael Franco, quien fue vencido por Morínigo.
Lugo se refirió al espíritu rebelde de la mencionada ciudad durante la inauguración de varias obras y mejoras en dicha zona.
Destacó que, sin ánimos de caer en demagogia y propaganda, todos los esfuerzos que se hagan desde el Gobierno central y gobiernos locales, no serán suficientes para compensar la larga postergación política que ha sufrido el Departamento de Concepción.
Recordó que a dicha zona del país se le negó, sistemáticamente, la oportunidad de crecer y desarrollarse.
Por otro lado, Lugo evitó hablar con la prensa, que tenía la intención de conocer su opinión respecto a las condenas que sufrieron tres colaboradores del EPP, hecho producido el jueves, en el Palacio de Justicia de Concepción.
A la noche, el mandatario participó de los festejos del 50.º aniversario de sacerdocio de monseñor Óscar Páez Garcete, obispo emérito de Alto Paraná.
El acto litúrgico se realizó en la Catedral y, luego, la cena en la Escuela Santa Teresita de esta ciudad.