Jueza Maria Magdalena Dos Santos |
En la ocasión, Norma, entonces embarazada de seis meses, se disponían a ingresar a su casa con su hijo de 3 años, su hermano Diego Paniagua, de 16 años, y su esposo, quien fue atacado cuando aún se encontraba en la vereda por un joven que intentó despojarlo de un maletín que contenía 5 millones de guaraníes, además de varios documentos.
Ante la resistencia de Ojeda, el acusado sacó un cuchillo, instante en que la víctima tomó un arma de fuego que portaba consigo pero en el forcejeo, esta se cayó, lo que fue aprovechado por el asaltante para tomar la pistola y disparar a Ojeda.
“Ahora te voy a enseñar a usar tu arma”, dijo el ahora condenado antes de ultimar a Ojeda de tres balazos que impactaron en el rostro (que le causó la muerte instantánea) en el brazo y en la mano, lado derecho, relató entre llanto la viuda en su testimonio ante el tribunal, ocasión en que reconoció plenamente al asesino de su esposo. Para colmo, antes de darse a la fuga, el asaltante despojó a Ojeda de su remera, la vistió y huyó, relató la testigo presencial del crimen. “Yo pido justicia porque él destrozó mi familia y mi segundo hijo ya nació sin su padre. Yo ahora estoy sola teniendo que sacar adelante a mi familia, a mis hijos yo sola”, solicitó la viuda al colegiado.
Por unanimidad, los magistrados María Magdalena dos Santos, Gloria Torres y Félix González declararon a Benítez culpable del hecho de robo con resultado de muerte y lo sentenciaron a 23 años de cárcel.
Benítez, quien tiene en su historial dos condenas –una por lesión grave y otra por robo– además de otros procesos similares, había salido en libertad trece días antes de protagonizar el asalto fatal. Un informe de la Penitenciaría Regional de Concepción destaca que su conducta en prisión es mala debido a constantes peleas con otros reclusos y a que no colabora con las labores establecidas por la institución.
ABC