CONCEPCION (ABC).
Mariana Ayala (65), madre de los secuestradores Carmen y Osvaldo Villalba, y del presunto miembro de logística del EPP José Villalba, denunció ayer durante un allanamiento a su casa una “persecución política” del gobierno de Lugo.
La madre de Carmen Villalba (condenada por secuestro), Osvaldo Villalba (“comandante” del brazo armado del EPP) y José Villalba (preso e imputado por el plagio de Lindstron), refirió ayer incluso que “ya estaba esperando el allanamiento”, al referirse al procedimiento efectuado en su vivienda de la zona de Santa Rosa, a ocho kilómetros al este de la ciudad de Concepción.
La mujer alegó que “esto ya es una persecución política (en contra de su familia) de parte del gobierno de Lugo”.
Mariana Ayala se refirió también a la detención de su hijo mayor José, sindicado como un miembro del grupo de logística del Ejército del Pueblo Paraguayo, del que sus otros hijos Carmen y Osvaldo también forman parte.
Defendió la inocencia de José Villalba. Dijo que “su vida es trabajar. Yo creo que hacer política no es malo, él tiene derecho”, indicó en alusión al carpintero detenido el domingo último.
Al respecto de la situación procesal de sus tres hijos, todos acusados de secuestro, manifestó que “como madre, me siento con más fuerza por todo lo que está pasando”.
Telas para para’i
El allanamiento a la casa de la mamá de los acusados de secuestro estuvo encabezado por el fiscal de Horqueta Guillermo Ortega.
Los efectivos policiales que acompañaron el procedimiento encontraron en el lugar pedazos de telas de color negro y para para’i, similares a los uniformes que supuestamente utilizan los guerrilleros liderados por Osvaldo Villalba.
El fiscal Ortega informó que los retazos hallados son similares a los encontrados en la localidad de Ybyraty, Horqueta, en un campamento ubicado en la propiedad del prófugo Alejandro Ramos Morel, el 4 de agosto de 2009.
Mariana Ayala respondió sobre los pedazos de telas que son para hacer ropa para los nietos que viven con ella en la casa.
Los intervinientes además verificaron el resto de la propiedad, que consta de ocho hectáreas de extensión. Sin embargo, no se ubicaron otros elementos que sirvan como pista para encontrar a los integrantes de la frondosa banda de secuestradores.