Se trata de Jesús Adrián Barrios Chamorro, de 14 años, joven que sufre de ceguera desde los 7 años, a consecuencia de un retinoblastoma. Sin embargo, esa dificultad lo motivó más para seguir estudiando y salir adelante, desarrollando otras capacidades como el ajedrez y la música.
Según su padre, Héctor Barrios, desde los tres meses Jesús tuvo que soportar rigurosos tratamientos médicos como la quimioterapia. Por suerte, indicó, pese a la pérdida de la visión no quedaron otras secuelas en él y hoy en día es el orgullo de la familia.
Superación. Jesús Adrián contó que todo fue difícil en sus primeros años de ceguera. Comentó que cada año iba superándose en la escuela hasta que en la actualidad su desenvolvimiento es normal con sus compañeros de clase, tanto que la mayor parte de su tiempo dedica a sus estudios.
“A la mañana acudo al Centro Luz y Esperanza (institución que atiende a los ciegos), a la tarde voy al colegio Santa Teresita y a la noche practico ajedrez, estudio y a veces practico música”, expresó.
La directora del Centro Luz y Esperanza, Liz Peña, comentó que Jesús es un chico 5, que pese a su condición no baja de calificaciones.
Explicó que el joven acude a la mañana a la institución, donde aprende Matemáticas por el sistema braille con un profesor con conocimientos de este sistema.
Desde hace un año le surgió la pasión por el ajedrez, un deporte no muy común en la ciudad. Sin embargo, gracias al profesor Javier Franco avanzó en las prácticas y hoy en día ya está en algunas competencias importantes en Asunción.
Su otra pasión es la música, ejecuta el teclado y canta hermosas canciones románticas, además de polca paraguaya.
Ya analiza qué estudiar tras finalizar el colegio. Sueña con ser abogado o sicólogo, sin dejar de lado la música y el deporte. Sus familiares, maestros y compañeros sostienen que si sigue así no tendrá inconvenientes en lograr sus metas.
Según su padre, Héctor Barrios, desde los tres meses Jesús tuvo que soportar rigurosos tratamientos médicos como la quimioterapia. Por suerte, indicó, pese a la pérdida de la visión no quedaron otras secuelas en él y hoy en día es el orgullo de la familia.
Superación. Jesús Adrián contó que todo fue difícil en sus primeros años de ceguera. Comentó que cada año iba superándose en la escuela hasta que en la actualidad su desenvolvimiento es normal con sus compañeros de clase, tanto que la mayor parte de su tiempo dedica a sus estudios.
“A la mañana acudo al Centro Luz y Esperanza (institución que atiende a los ciegos), a la tarde voy al colegio Santa Teresita y a la noche practico ajedrez, estudio y a veces practico música”, expresó.
La directora del Centro Luz y Esperanza, Liz Peña, comentó que Jesús es un chico 5, que pese a su condición no baja de calificaciones.
Explicó que el joven acude a la mañana a la institución, donde aprende Matemáticas por el sistema braille con un profesor con conocimientos de este sistema.
Desde hace un año le surgió la pasión por el ajedrez, un deporte no muy común en la ciudad. Sin embargo, gracias al profesor Javier Franco avanzó en las prácticas y hoy en día ya está en algunas competencias importantes en Asunción.
Su otra pasión es la música, ejecuta el teclado y canta hermosas canciones románticas, además de polca paraguaya.
Ya analiza qué estudiar tras finalizar el colegio. Sueña con ser abogado o sicólogo, sin dejar de lado la música y el deporte. Sus familiares, maestros y compañeros sostienen que si sigue así no tendrá inconvenientes en lograr sus metas.