La orden de operaciones Nº 4, con fecha 8 de mayo, fue firmada por el general Bartolomé Pineda. El documento detalla el operativo dirigido a detener a Magna Meza y no incluye ninguna acción contra la subcomisaría de Hugua Ñandu. La instrucción de inteligencia militar era: “No pasar enfrente a la comisaría”. Los militares no iniciaron una acción contra el puesto policial; respondieron al fuego iniciado por la Policía.La orden de operaciones Nº 4 fue firmada por el general Bartolomé Pineda, comandante de la Fuerza Operacional Conjunta. El documento tiene fecha 8 de mayo y fue redactado al confirmarse la misión de detener a Magna Meza, esa noche, en la localidad de Hugua Ñandu. El viernes 7, la oficina de inteligencia militar entregó la información de la posible presencia de Magna Meza en Hugua Ñandu; a lo largo del día hubo una serie de planeamientos y se infiltraron efectivos de inteligencia de la Fuerza Operacional Conjunta en la localidad.
A las 9 de mañana del sábado comenzaron a llegar los reportes de inteligencia, de Hugua Ñandu así como de Asunción. Desde la capital confirmaron la presencia probable de Magna Meza, dando luz verde para la planificación del operativo.
El alto mando de la Fuerza Operacional Conjunta se reunió a fin de ultimar detalles para ejecutar la misión de detener a la líder del Ejército del Pueblo Paraguayo. En la reunión estuvo ausente el general Néstor Quiñónez, comandante de la fuerza de tareas de la región Oriental.
El oficial superior viajó a Pedro Juan Caballero, a fin de acompañar intervenciones que pudieran localizar a los responsables del atentado contra el senador Roberto Acevedo; en su reemplazo estuvo su jefe de estado mayor, el coronel Pedro Francisco Olmedo.
Con el establecimiento del estado de excepción, el presidente Fernando Lugo tomó la decisión de crear dos fuerzas de tareas, una de ellas en la región Oriental, bajo el comando operacional del general Néstor Quiñónez. El general Quiñónez tiene como responsabilidad específica la implementación de los puntos de bloqueo.
Tropas de combate
El grupo de reacción de la Fuerza Operacional Conjunta está compuesto por 380 hombres, pertenecientes a tres agrupaciones: Destacamento Conjunto de Empleo Inmediato (DCEI), al mando del coronel Ramón Benítez; Tropas Especiales del Ejército, coronel Ramón Martínez, y Fuerza de Tareas Conjuntas, al mando del coronel Juvenal Benítez.
Cada una de estas unidades está integrada por efectivos militares con un alto grado de entrenamiento; la disciplina que rige en estas agrupaciones supera el promedio de personal militar.
La orden de operaciones Nº 4 estableció lo siguiente:
El DCEI, Equipo Alfa, recibió la misión de tomar la vivienda del cumpleaños, donde supuestamente estaría Magna Meza en la noche del sábado 8.
Tropas Especiales, Equipo Bravo, responsable de brindar seguridad al DCEI, estableciendo un perímetro cercano al sector de operaciones, y de copar el albergue Rebeca, donde estaría agrupado el anillo de seguridad de Magna Meza.
Fuerza de Tareas Conjuntas, Equipo Charlie, asignado a imponer un cerco sobre Hugua Ñandu, cubriendo el perímetro externo de las operaciones; todos los caminos debían ser cerrados por militares fuertemente armados.
Evitar comisaría
El primer informe de la oficina de inteligencia militar se recibió alrededor de las 11 horas del viernes 7 de mayo. Uno de los párrafos del reporte expresa: “Especial cuidado con la comisaría de Hugua Ñandu, se tiene confirmación de que los policías actúan de campana. No pasar enfrente”.
La orden de operaciones N º 4 se redactó siguiendo la premisa de evitar contacto con efectivos de la Policía Nacional, a tal punto que el mismo general Bartolomé Pineda mintió al comisario principal Victorino Martínez al decirle que la operación para detener a Magna Meza tendría lugar en la localidad de Isla Tujú.
Es más, el jefe militar se comunicó con el comisario Martínez recién a las 22 horas, cuando las columnas motorizadas ya hacía media hora que habían partido de Concepción, desde el Regimiento de Infantería Nº 10 “Sauce”.
La subcomisaría de Hugua Ñandu nunca fue un objetivo de los comandos ni siquiera estaba previsto tomar contacto visual ni de vigilancia: la oficina de inteligencia militar estableció la advertencia de mantener distancia de la Policía Nacional.
Los comandos asignados a tomar el albergue Rebeca pertenecían al Equipo Bravo, quienes se dirigieron directamente hasta la vivienda, que linda con una estación de servicio y tiene como fondo al patio de la comisaría.
El equipo Charlie se dividió en dos secciones: la primera ingresó al albergue por el frente, siguiendo el lado derecho de la construcción, tomando la mitad de la vivienda sin novedad; la segunda entró por el lado izquierdo y cuando estaba por rodear la casa, recibió descargas de ametralladoras.
Este es el momento en que se registra la balacera, con disparos que se iniciaron en la subcomisaría, tomando desprevenidos a los comandos militares; si la intención era tomar el puesto policial, se habrían previsto un cerco y perímetro de seguridad, lo que no sucedió porque no era un objetivo de la acción en curso.
Parte del Equipo Alfa, al percatarse de los disparos contra el Equipo Charlie, ingresó a la subcomisaría y sorprendió por detrás a los efectivos policiales, quienes fueron reducidos y desarmados. Recién allí cesó el nutrido fuego de fusilería contra los militares.
Mientras tanto, el coronel Ramón Benítez tomaba la vivienda donde se realizaba el cumpleaños sin novedad. El comandante del DCEI no participó de la acción que tuvo lugar en el albergue Rebeca y se mantuvo dentro del plan operativo, que era intentar tomar a Magna Meza.
Según oficiales de la oficina de inteligencia militar, Magna Meza estuvo en la noche del 8 de mayo en Hugua Ñandu y logró escapar, protegida por su anillo de seguridad.