CONCEPCIÓN.- Estudiantes del Colegio Carlos Antonio López, de la localidad de Belén, Departamento de Concepción, descubrieron crudas realidades sociales de familias que se encuentran en extrema pobreza.
Tal es el caso de Sotera Molas, de 79 años, que vive en el barrio Salvador del Mundo, que tiene dos hijos con capacidades especiales y sin ningún ingreso económico. Su vivienda es precaria, sin las comodidades básicas.
Según explicó la mujer, su hijo de 57 años (Roque Molas) había sufrido un accidente y quedó postrado en la cama sin posibilidad de reincorporarse al mundo laboral desde hace varios años. Mientras su hija de 34 años (Nidia Molas) nació con problemas mentales, pero empeoró desde hace dos años.
La mujer comentó que ata a su hija a un sillón mientras ella está en los quehaceres hogareños o cuando acude a la despensa vecina, que suele darle algunos víveres necesarios para la alimentación.
Dijo que nunca pudo llevar a su hija a la Unidad de Salud Mental de Concepción para su tratamiento, porque no tiene ninguna entrada de dinero. "Nunca pudo ser tratada y necesita, porque tiene algunos medicamentos que debe consumir", dijo la mujer.
ESTUDIANTES.
Los estudiantes del tercer año de la Media del Colegio Carlos Antonio López realizan un trabajo de investigación social y solicitaron a la prensa hacerse eco de la condición en que vive la familia, como primera medida, según explicó Belén Rodríguez, estudiante.
Comentó que la idea es realizar en septiembre un festival artístico, cuya entrada consistirá en comidas imperecederas para paliar la primera necesidad, que es la alimentación. "Eso podemos hacer nosotros como jóvenes, pero necesitamos que las autoridades hagan algo por esta familia", remarcó Belén.
SIN BENEFICIO.
La angustiada madre vive a diario un vía crucis para la obtención de víveres. Los vecinos son generalmente quienes la apoyan.
No obstante, tenía la esperanza de conseguir un pequeño recurso mensual al censarse en el proyecto de asistencia a la tercera edad. Sin embargo, según manifestó la mujer, hace unos días llegó la lista de beneficiarios en la que no aparece su nombre. "Hasta el dueño de un gran almacén (despensa) va a cobrar, pero a mí no me llegó", dijo doña Sotera Molas.
Fuente: UH