Productores de todo el país expresaron su repudio a los últimos hechos de violencia perpetrados por el EPP y advirtieron que la inseguridad sembrada en el Norte “es el peor enemigo para el progreso”.
“Los seres humanos de bien no podemos entender cómo, con tanta frialdad, se pueden cometer hechos tan deleznables y que estos sean utilizados como medio para reivindicar una supuesta lucha social que solo pretende establecer el terror en el país”. Esto indica el comunicado de la Asociación de Productores de Soja, Cereales y Oleaginosas (APS) respecto a la muerte de la pareja de alemanes, Robert Natto y Érika Reiser, quienes fueron ejecutados por el autodenominado EPP, la semana pasado en Yby Yaú.
Mencionan que los miembros de la familia Natto son personas que hace tres décadas eligieron a Paraguay para invertir su capital, su labor y sus esfuerzos, con el objetivo de ayudar a progresar a toda una comunidad mediante el trabajo.
Con este tipo de hechos criminales, “no sólo ponen en riesgo las futuras inversiones y con ello las fuentes de trabajo y el desarrollo en todo el país, sino que este tipo de inseguridad es el peor enemigo del progreso y compromete seriamente el sistema democrático paraguayo, que fue conquistado a duras penas por el pueblo”, dice el comunicado.
La agricultura y la ganadería son generadoras de fuentes de trabajo en toda su cadena productiva, desde el momento de la preparación del suelo para sembrar la semilla hasta el momento en que el alimento llega a la mesa de los consumidores. En el departamento de Concepción existe gente que quiere trabajar, pero ante un escenario de incertidumbre y temor, esas ganas van desapareciendo, según reza la nota del gremio.
La APS, sin embargo, “mantiene la esperanza de que esta guerra innecesaria emprendida por un grupo de criminales cese en algún momento, y que las personas puedan nuevamente trabajar tranquilas. Además, insta al gobierno a cumplir con sus obligaciones en este sentido. Y que las personas trabajadoras dejen de ser castigadas”, agrega.
El gremio de productores espera que hechos como este nunca más vuelvan a ocurrir y, a la vez, extiende sus condolencias a los familiares de las víctimas. Mencionan que creen firmemente que las herramientas para erradicar la pobreza y alcanzar el desarrollo son la educación y el trabajo.
Mencionan que los miembros de la familia Natto son personas que hace tres décadas eligieron a Paraguay para invertir su capital, su labor y sus esfuerzos, con el objetivo de ayudar a progresar a toda una comunidad mediante el trabajo.
Con este tipo de hechos criminales, “no sólo ponen en riesgo las futuras inversiones y con ello las fuentes de trabajo y el desarrollo en todo el país, sino que este tipo de inseguridad es el peor enemigo del progreso y compromete seriamente el sistema democrático paraguayo, que fue conquistado a duras penas por el pueblo”, dice el comunicado.
La agricultura y la ganadería son generadoras de fuentes de trabajo en toda su cadena productiva, desde el momento de la preparación del suelo para sembrar la semilla hasta el momento en que el alimento llega a la mesa de los consumidores. En el departamento de Concepción existe gente que quiere trabajar, pero ante un escenario de incertidumbre y temor, esas ganas van desapareciendo, según reza la nota del gremio.
La APS, sin embargo, “mantiene la esperanza de que esta guerra innecesaria emprendida por un grupo de criminales cese en algún momento, y que las personas puedan nuevamente trabajar tranquilas. Además, insta al gobierno a cumplir con sus obligaciones en este sentido. Y que las personas trabajadoras dejen de ser castigadas”, agrega.
El gremio de productores espera que hechos como este nunca más vuelvan a ocurrir y, a la vez, extiende sus condolencias a los familiares de las víctimas. Mencionan que creen firmemente que las herramientas para erradicar la pobreza y alcanzar el desarrollo son la educación y el trabajo.
Instan a rechazar carne: “Viene de algo ilícito”
Pobladores del barrio Pelopincho reafirmaron su rechazo a la carne “gentileza” del EPP e instaron a otras comunidades a adherirse a este repudio. “No se hace reivindicación social con secuestros y extorsiones”, sostuvieron.
Melanio Cáceres, dirigente de la comisión vecinal del barrio Pelopincho, se refirió a la postura asumida el fin de semana último luego de la última amenaza del EPP, que emplazó a la familia Domínguez a distribuir carne entre comunidades de escasos recursos.
El mensaje de la banda criminal refiere que los empresarios de Concepción deben “donar” carne por valor de 50.000 dólares en las zonas de Calaverita, en el barrio Inmaculada de la capital del primer departamento, así como en los asentamientos campesinos de las localidades de Arroyito y Kurusu de Hierro, en los distritos de Horqueta y Azote’y, respectivamente.
El mismo “gesto” debe cumplirse en los barrios capitalinos de La Chacarita y Pelopincho, de acuerdo a la nota dejada la semana pasada, donde se menciona inclusive un plazo, que fenece el próximo viernes 6 de febrero.
“No vamos a aceptar. La mayoría de las familias, el 80% de Pelopincho decidió que no va a aceptar lo que venga de algo ilícito”, sostuvo el dirigente de Pelopincho. Señaló que la banda criminal intenta maquillar sus actividades delictivas bajo una apariencia de lucha social.
Explicó que aceptar la “gentileza” del EPP sería apoyar la delincuencia y criminalidad de este grupo de asesinos y secuestradores. “La reivindicación social no se hace con secuestros, extorsiones y asesinatos”, aseveró.
En otro momento, Cáceres instó a las demás comunidades mencionadas por la banda a no aceptar la carne que se pretende obligar a repartir. “Instamos a la comisión del Bañado Norte y el Bañado Sur a que rechacen esto; tenemos que rechazar porque viene de actividades ilícitas”, aseveró.
El poblador señaló que la misma ciudadanía debe demostrar “mano dura” con este tipo de actitudes de los criminales. “Tenés unos kilos de carne por unos dos días y luego tu reputación queda manchada para siempre”, aseveró.
Recordó que en 2010, la familia de Fidel Zavala igualmente fue extorsionada y obligada a repartir miles de kilos de carne y la misma fue aceptada por algunos pobladores, entre ellos los de La Chacarita. En aquella ocasión, los mbya guaraní de la humilde comunidad indígena de Vy'a Renda de Hugua Ñandu dieron un ejemplo de integridad y rechazaron la "cortesía del EPP".
Quienes en esta ocasión adelantaron que sí aceptarán la carne que eventualmente entregue la familia Domínguez, por exigencia del EPP, fueron los líderes del barrio Calaverita de Concepción. Los mismos argumentaron que “la población es realmente pobre” y que “hay una gran ausencia del Estado”.
ABC
Pobladores del barrio Pelopincho reafirmaron su rechazo a la carne “gentileza” del EPP e instaron a otras comunidades a adherirse a este repudio. “No se hace reivindicación social con secuestros y extorsiones”, sostuvieron.
Melanio Cáceres, dirigente de la comisión vecinal del barrio Pelopincho, se refirió a la postura asumida el fin de semana último luego de la última amenaza del EPP, que emplazó a la familia Domínguez a distribuir carne entre comunidades de escasos recursos.
El mensaje de la banda criminal refiere que los empresarios de Concepción deben “donar” carne por valor de 50.000 dólares en las zonas de Calaverita, en el barrio Inmaculada de la capital del primer departamento, así como en los asentamientos campesinos de las localidades de Arroyito y Kurusu de Hierro, en los distritos de Horqueta y Azote’y, respectivamente.
El mismo “gesto” debe cumplirse en los barrios capitalinos de La Chacarita y Pelopincho, de acuerdo a la nota dejada la semana pasada, donde se menciona inclusive un plazo, que fenece el próximo viernes 6 de febrero.
“No vamos a aceptar. La mayoría de las familias, el 80% de Pelopincho decidió que no va a aceptar lo que venga de algo ilícito”, sostuvo el dirigente de Pelopincho. Señaló que la banda criminal intenta maquillar sus actividades delictivas bajo una apariencia de lucha social.
Explicó que aceptar la “gentileza” del EPP sería apoyar la delincuencia y criminalidad de este grupo de asesinos y secuestradores. “La reivindicación social no se hace con secuestros, extorsiones y asesinatos”, aseveró.
En otro momento, Cáceres instó a las demás comunidades mencionadas por la banda a no aceptar la carne que se pretende obligar a repartir. “Instamos a la comisión del Bañado Norte y el Bañado Sur a que rechacen esto; tenemos que rechazar porque viene de actividades ilícitas”, aseveró.
El poblador señaló que la misma ciudadanía debe demostrar “mano dura” con este tipo de actitudes de los criminales. “Tenés unos kilos de carne por unos dos días y luego tu reputación queda manchada para siempre”, aseveró.
Recordó que en 2010, la familia de Fidel Zavala igualmente fue extorsionada y obligada a repartir miles de kilos de carne y la misma fue aceptada por algunos pobladores, entre ellos los de La Chacarita. En aquella ocasión, los mbya guaraní de la humilde comunidad indígena de Vy'a Renda de Hugua Ñandu dieron un ejemplo de integridad y rechazaron la "cortesía del EPP".
Quienes en esta ocasión adelantaron que sí aceptarán la carne que eventualmente entregue la familia Domínguez, por exigencia del EPP, fueron los líderes del barrio Calaverita de Concepción. Los mismos argumentaron que “la población es realmente pobre” y que “hay una gran ausencia del Estado”.
ABC