Comentó que ahora los jóvenes tienen una opción para trabajar dentro de la propia comunidad que se encuentra en el sector norte de la capital del primer departamento. Señaló que mediante las instrucciones recibidas por una persona dedicada a este trabajo y fue solventada por el Programa de Facilitadores Judiciales empezaron a armar los primeros asientos.
Las cubiertas fueron entregadas a los indígenas por funcionarios de la oficina regional del Servicio Nacional de Erradicación de Paludismo (Senepa), en tanto que los otros materiales como cuerdas, pinturas, alambres, entre otros, fueron donados por el Instituto Nacional del Indígena (Indi), relató la cacique Jacinta Pereira, quien fue una de las propulsoras para la formación de los jóvenes que viven en la comunidad.
Por su parte, el nativo Derlis González, de 19 años, explicó que el proceso de elaboración de los asientos es bastante fácil y que aprendieron bastante rápido. Dijo que existe una gran motivación en la comunidad porque los productos tienen aceptación y se logran vender.
Comentó que ya recibieron varios pedidos y que por cantidad el precio de cada asiento es de G. 25.000.
Añadió que en breve tienen previsto realizar una exposición de sus principales productos.