El nuevo secuestro, que pasa a ser el cuarto en curso en el norte del país, con los otros casos de Edelio Morínigo, Abrahán Fehr y Franz Wiebe, se produjo en la estancia “San Francisco”, situada en la comunidad de Belén Cue, a 15 kilómetros del centro urbano de la ciudad de Horqueta, en el departamento de Concepción.
Aunque hasta anoche no había una confirmación oficial de parte del Gobierno, se cree que los autores serían miembros de un nuevo grupo armado liderado por Alejandro Ramos, exjefe del EPP, cuya casa se encuentra ubicada a 3.000 metros de la finca asaltada.
La esposa de Alejandro, Lourdes Bernarda Ramírez, también prófuga, es prima de Félix Urbieta, en tanto que el intendente colorado de Horqueta, Arturo Urbieta, es sobrino del plagiado.
Los familiares del ganadero relataron que los dos criminales eran muy jóvenes, por lo que las sospechas apuntan al hijo de Alejandro Ramos, un adolescente de 17 años.
Los dos delincuentes que redujeron a Urbieta, a su esposa y a los empleados de la estancia, exigieron inicialmente un dinero que el ganadero habría cobrado por la venta de animales. Pero Urbieta les respondió que él no vendió dicho lote, sino que solamente transportó los animales.
Ante esa situación, los maleantes anunciaron que iban a llevarse al dueño del establecimiento.
Pero antes de marcharse con su rehén, obligaron a la esposa del ganadero a que les cocinara para cenar.
Cuatro días
Después, dejaron establecidas varias condiciones para negociar la liberación, como que iniciarían los contactos en cuatro días.
De acuerdo con la familia, los criminales dijeron que iban a liberar a Urbieta a cambio de 500.000 dólares, pero después ya no se comunicaron.
Todos los elementos militares y policiales disponibles de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) fueron desplegadas en la zona, en busca del secuestrado.
El ministro del Interior, Francisco de Vargas; el comandante de la Policía, Críspulo Sotelo, y el comandante de la FTC, José Alvarenga, ofrecieron después una conferencia de prensa en Horqueta.