CONCEPCIÓN. En el acta firmada por el gobernador Agustín Fernando de Pinedo y Antonio Caballero de Añazco se explica paso a paso lo realizado en aquella jornada histórica, según el libro póstumo del historiador y profesor concepcionero Pedro Gregorio Antonio Alvarenga Caballero y Añazco. Sin embargo, desde los primeros años los actos para conmemorar la fecha fundacional se hicieron el 31 de mayo, a raíz de un error del cronista Félix de Azara. Este consideró que en esa fecha se fundó la Villa Real, debido a que la notificación al Cabildo de Asunción se envió el 1 de junio de 1773.
Los documentos originales permanecen en el Archivo Nacional de Asunción (ANA) y copias autenticadas en el Archivo General de la Ciudad (AGC), así como en la Junta Municipal.
En otro documento paralelo, el diario del fundador, publicado por Aguirre en 1795, el 31 de mayo no figura en la cronología de la creación de la Villa Real. Señala que el 11 de junio todavía seguía el trabajo de fundamentar la villa, específicamente la colocación de maderas labradas por Alfonso Ortiz de Vergara con la ayuda del cacique Lorenzo Tuyá en la iglesia.
Según versiones no oficiales, la Villa Real de la Concepción originariamente fue fundada más al sur del actual centro de la ciudad, a orillas del río Ypané, pero no existe documento que lo certifique.
Según el libro “Villa Real de Concepción, su historia” la versión habrá surgido atendiendo que en la zona se encontraban las primeras estancias del rey. El gobernador Pinedo, después de analizar la situación del país, envió un informe al rey en el que señalaba que en el Paraguay de por vida debía existir el servicio militar y que con su magra economía debía sostener a Tucumán, Santa Fe e incluso a Chile.
La nueva colonia debía defenderse de los mamelucos y otros invasores, por lo que sugirió fundar un fuerte en Itapuku, próximo a Corumbá (Brasil). Sin embargo, llegó una disposición del Cabildo de Asunción que sugería la fundación de la Villa cerca de la misión de Belén, no lejos del río Ypané.
En el cuerpo capitular fue designado como regidor perpetuo el señor Antonio Caballero de Añazco, de quien Aguirre cuenta en uno de sus periódicos que en la noche del 23 de mayo de 1773 iban subiendo en una barcaza a la altura del río Aquidabán, pero luego en conversaciones con el gobernador recordaron que pactaron no estar lejos del río Ypané. Luego de muchas reflexiones, Pinedo llegó a un lugar denominado Godizidigó, en la lengua de los Mbayá, para que en la tarde del 24 de mayo cambien las barcazas desde el puerto de la Ascensión, hasta orillas del río en el actual puerto de Concepción.
Los paraguayos que vinieron como parte de la dirección de la fundación fueron los militares Juan José Gamarra Mendoza, Antonio Vera y Aragón, Enrique Cohene, Pedro Castiñanes, Juan José Lezcano y el diputado civil Antonio Caballero. Fueron en total 44 que se trasladaron de Pirayú y Caapucú (departamento de Paraguarí) y Eusebio Ayala (Cordillera); ninguno de Asunción.
Culto religioso e instalación de fuertes
El primer patrono de Concepción fue San Agustín, pero no es mencionado en ningún documento, aunque sí se alude la construcción de la iglesia (11 de junio de 1773) cuyo proyecto fue coordinado por el capitán Alonso Ortiz de Vergara y los mbayá. Los restos del capitán están sepultados en el templo.
La declaración de la Inmaculada Concepción de María como patrona de la ciudad fue a pedido del propio gobernador Fernando de Pinedo. Existe una imagen tallada que lleva la fecha del 3 de mayo de 1803.
Se construyó un fuerte a orillas del río que se llamó San Agustín y en años posteriores se instalaron otras fortalezas para la lucha contra los portugueses y los mbayá aliados, como los de Borbón y de San Carlos del Apa. Todavía se conservan estas estructuras rocosas, aunque fueron restauradas y convertidas en hotel.
Durante 40 años Concepción fue una villa netamente militar. Recién en el año 1812 se fundó el primer cuerpo civil de gobierno: el Cabildo, que funcionó en la zona en que estaban las edificaciones públicas, conocidas durante el período monárquico de Paraguay como las “Casas del Rey”, según el historiador Pedro Alvarenga Caballero.
ABC