En Bahía Negra, da la impresión de que el tiempo no pasa. El ritmo de vida es lento y la población parece estar anestesiada, muy lejos del ajetreo diario que se tiene en otras ciudades del país.
No obstante, hay una preocupación en la ciudad que se hace notoria con solo caminar por sus calles o conversar con sus habitantes. La migración masiva de jóvenes a Asunción o a otras capitales departamentales.Los jóvenes no encuentran una razón para quedarse en Bahía Negra. Con muy pocas oportunidades laborales y la nula proyección para el sector académico, las posibilidades dentro de la ciudad son escasas. La idea de progresar está lejos de la tierra que los vio nacer, por lo que se van muy jóvenes buscando mejores alternativas.
El destino más requerido casi siempre es Asunción. En la capital del país están los sueños de cualquier joven de Bahía Negra que quiere seguir trabajando o estudiando tras terminar el colegio. No obstante, una gran parte también migra a Concepción, donde realizan cualquier tipo de trabajo mientras buscan oportunidades de estudio.
El destino más requerido casi siempre es Asunción. En la capital del país están los sueños de cualquier joven de Bahía Negra que quiere seguir trabajando o estudiando tras terminar el colegio. No obstante, una gran parte también migra a Concepción, donde realizan cualquier tipo de trabajo mientras buscan oportunidades de estudio.
Según registra el Censo Nacional, en 2008 la población de Bahía Negra llegaba a los 3.900 habitantes. Hoy, desde la propia ciudad aseguran que ya no quedan más de 2.000 personas residentes.
Bahía Negra muestra un contraste enorme entre la riqueza natural que posee y las escasas oportunidades que ofrece para que sus habitantes puedan progresar. Con un caudaloso río Paraguay, quizás uno de los más importantes de todo el continente, con la fauna y flora hermosa que hacen al gran Pantanal, la ciudad tiene prácticamente todo para convertirse en un enorme polo turístico de naturaleza.
Sin embargo, el escaso interés que demuestran las autoridades municipales y distritales por la suerte de Bahía Blanca hace que la ciudad, en la práctica, dependa de los víveres o productos para vender que llegan cada viernes con el barco “Aquidabán”.
Otra parte de los que todavía se quedan en Bahía Negra presta servicios en las estancias de la zona.
Hacer de Bahía Negra un punto turístico de naturaleza para aprovechar el Pantanal de manera sustentable es cuestión de planificación y de establecer políticas públicas al respecto. Es una vía que puede generar empleo para una ciudad histórica del Gran Chaco, que tiene gran potencial para convertirse en un centro de atracción para visitantes de todos lados.
Fuente: abenitez/ABC
Bahía Negra muestra un contraste enorme entre la riqueza natural que posee y las escasas oportunidades que ofrece para que sus habitantes puedan progresar. Con un caudaloso río Paraguay, quizás uno de los más importantes de todo el continente, con la fauna y flora hermosa que hacen al gran Pantanal, la ciudad tiene prácticamente todo para convertirse en un enorme polo turístico de naturaleza.
Sin embargo, el escaso interés que demuestran las autoridades municipales y distritales por la suerte de Bahía Blanca hace que la ciudad, en la práctica, dependa de los víveres o productos para vender que llegan cada viernes con el barco “Aquidabán”.
Otra parte de los que todavía se quedan en Bahía Negra presta servicios en las estancias de la zona.
Hacer de Bahía Negra un punto turístico de naturaleza para aprovechar el Pantanal de manera sustentable es cuestión de planificación y de establecer políticas públicas al respecto. Es una vía que puede generar empleo para una ciudad histórica del Gran Chaco, que tiene gran potencial para convertirse en un centro de atracción para visitantes de todos lados.
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