Zona de influencia del EPP |
Luis Lindstron justamente fue uno de los que pagaron con su vida la “desobediencia” a las imposiciones de los criminales.
La última aparición del Ejército del Pueblo Paraguayo ocurrió el miércoles a las 11:50, en un camino interno de la estancia “San Eduardo”, propiedad de Eduardo Talavera, en el distrito de Tacuatí, departamento de San Pedro, a 1.500 metros del cauce del río Ypané, que divide los departamentos de Concepción y San Pedro.
Un comando armado integrado por al menos 10 criminales, todos vestidos con uniformes de camuflaje y con armas largas, emboscaron al capataz Adrián Zorrilla Otaño, de 22 años, quien se desplazaba en una camioneta Toyota, cabina simple.
El grupo neutralizó a tiros de fusil el rodado de la víctima, al disparar contra el motor. El joven dijo que se agachó para evitar ser herido y que luego fue obligado a salir del vehículo y tenderse en el suelo, donde le quitaron todas sus pertenencias, entre ellas dinero, celulares y documentos.
Los delincuentes se identificaron como integrantes del Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) y le entregaron un panfleto para que leyera cada uno de los puntos establecidos en lo que los secuestradores llaman “leyes revolucionarias”, como las prohibiciones de hacer desmontes, fumigar y portar armas, entre otras cosas.
También le dijeron al capataz que su patrón debía entregar víveres y animales vacunos en el asentamiento Nueva Fortuna de Kurusu de Hierro, situado a cinco kilómetros del lugar, al otro lado del río Ypané, ya en el departamento de Concepción, y en el asentamiento Núcleo 4 de Arroyito, a 20 kilómetros del sitio de la emboscada.
Luego de estas advertencias y de casi media hora de arenga, los captores incendiaron la camioneta y liberaron a la víctima, quien a pie recorrió 10 kilómetros hasta llegar al casco central de la estancia.
Fuente: ABC
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