“Son cobardes porque no se enfrentan. Llegaron y sin mediar palabras me golpearon. Fue en febrero, por la noche”, informó ayer en diálogo con ABC Cardinal 730 AM. Dijo que el ataque tuvo lugar en una propiedad suya en Caaguazú, donde reside actualmente y a la que se había mudado luego de que su hermano fuera acribillado por los delincuentes.
“Yo creí que iba a trabajar tranquilo en estos lados”, lamentó.
Indicó que si bien lo hicieron pasar por un asalto, pues se llevaron aproximadamente US$ 6.000, “el objetivo era dañarme, no otra cosa, como siempre hacen en el Norte”.
Agregó que es el modus operandi que siempre utilizan: “Cuando atacan, algo llevan, y si no encuentran, secuestran y aprietan a los familiares”.
Dijo que pese a que realizó la denuncia pertinente tanto en la comisaría jurisdiccional como en el Ministerio Público, hasta el momento las autoridades poco o nada hicieron.
“No hay seguridad. No hay ninguna garantía, pero la vida continúa”, lamentó Lindstron, quien dijo que retomó sus actividades pese a aún estar convaleciente por la golpiza que recibió.
El ganadero Luis Alberto Lindstron Picco, de 63 años, secuestrado por el EPP entre el 31 de julio y el 12 de setiembre de 2008 (liberado luego de que sus familiares pagaran la suma de US$ 130.000), fue emboscado y acribillado a tiros el 31 de mayo de 2013 por el grupo armado en un camino interno de la estancia “Paso Itá” de Tacuatí, en un área que arrendaba para la elaboración de carbón.
Luis era constantemente asediado y chantajeado por el EPP hasta poco antes de su asesinato, algo que pretenden repetir con el hermano.
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