El EML mantiene secuestrado desde hace un año al estanciero horqueteño Félix Urbieta Ramírez (67 años) y el viernes último cobró 20.000 dólares al ganadero Rogelio Alfredo Carrillo Miranda (70).
El EML se habría formado en enero de 2016, luego de que su líder, Alejandro Ramos Morel, supuestamente fuera expulsado de la gavilla EPP, según dijo en un video la “vocera” de esta última banda, Liliana Villalba.
Alejandro llevó consigo a su esposa Lourdes Bernarda y a sus hijos Alejandro Antonio y Lourdes Teresita, aunque incorporó a otros “combatientes” que hasta hace poco delinquían con el EPP, como Feliciano Bernal Maíz, y las hermanas Leticia Jara Larrea y Zulma Emiliana Jara Larrea.
Sin embargo, la supuesta ruptura que se produjo en el seno del EPP, en realidad, sería solo una estrategia de los criminales para confundir a la FTC, el bloque militar-policial del Estado.
El primer golpe importante del EML fue el 12 de octubre del año pasado, cuando secuestró al ganadero Félix Urbieta Ramírez (67 años) de su estancia “San Francisco” ubicada en la localidad de Belén Cue, distrito de Horqueta, departamento de Concepción.
El estanciero sigue en cautiverio, ya que su familia nunca pudo reunir los 350.000 dólares exigidos por los captores.
El EML reapareció con todo en las últimas semanas, específicamente desde el 10 de octubre con un ataque al retiro “Don Rodrigo” de la estancia “La Novia” en la jurisdicción de Arroyito, a 25 kilómetros del lugar del secuestro de Urbieta.
Dicho establecimiento pertenece al ganadero José Epifanio Galeano Etcheverry (67).
Nueve días después de aquel ataque, es decir, el viernes último, el EML perpetró otro atentado “calcado” al anterior, en el retiro “Piro’y” de la estancia “Acapitigo”, a solo seis kilómetros de distancia del anterior sitio destruido. Esta última hacienda pertenece a Rogelio Alfredo Carrillo (70).
En ambas estancias citadas, el EML obligó a sus rehenes a grabar videos en sus celulares para entregar mensajes a sus patrones, Galeano y Carrillo, respectivamente.
Las exigencias para ambos fueron las mismas: el pago de 20.000 dólares en efectivo. Carrillo tuvo que acceder al chantaje.
La particularidad con Carrillo es que, anteriormente, él era un “cliente” obligado de la ahora ya desaparecida banda ACA, que era liderada por los hermanos Alfredo y Albino Jara Larrea, a su vez también ya abatidos. Las hermanas de estos últimos, Leticia y Zulma, ahora pasaron del EPP al EML y empezaron a extorsionar de nuevo a todos los estancieros que anteriormente ya tenían que pagar a la ACA.
El EML se habría formado en enero de 2016, luego de que su líder, Alejandro Ramos Morel, supuestamente fuera expulsado de la gavilla EPP, según dijo en un video la “vocera” de esta última banda, Liliana Villalba.
Alejandro llevó consigo a su esposa Lourdes Bernarda y a sus hijos Alejandro Antonio y Lourdes Teresita, aunque incorporó a otros “combatientes” que hasta hace poco delinquían con el EPP, como Feliciano Bernal Maíz, y las hermanas Leticia Jara Larrea y Zulma Emiliana Jara Larrea.
Sin embargo, la supuesta ruptura que se produjo en el seno del EPP, en realidad, sería solo una estrategia de los criminales para confundir a la FTC, el bloque militar-policial del Estado.
El primer golpe importante del EML fue el 12 de octubre del año pasado, cuando secuestró al ganadero Félix Urbieta Ramírez (67 años) de su estancia “San Francisco” ubicada en la localidad de Belén Cue, distrito de Horqueta, departamento de Concepción.
El estanciero sigue en cautiverio, ya que su familia nunca pudo reunir los 350.000 dólares exigidos por los captores.
El EML reapareció con todo en las últimas semanas, específicamente desde el 10 de octubre con un ataque al retiro “Don Rodrigo” de la estancia “La Novia” en la jurisdicción de Arroyito, a 25 kilómetros del lugar del secuestro de Urbieta.
Dicho establecimiento pertenece al ganadero José Epifanio Galeano Etcheverry (67).
Nueve días después de aquel ataque, es decir, el viernes último, el EML perpetró otro atentado “calcado” al anterior, en el retiro “Piro’y” de la estancia “Acapitigo”, a solo seis kilómetros de distancia del anterior sitio destruido. Esta última hacienda pertenece a Rogelio Alfredo Carrillo (70).
En ambas estancias citadas, el EML obligó a sus rehenes a grabar videos en sus celulares para entregar mensajes a sus patrones, Galeano y Carrillo, respectivamente.
Las exigencias para ambos fueron las mismas: el pago de 20.000 dólares en efectivo. Carrillo tuvo que acceder al chantaje.
La particularidad con Carrillo es que, anteriormente, él era un “cliente” obligado de la ahora ya desaparecida banda ACA, que era liderada por los hermanos Alfredo y Albino Jara Larrea, a su vez también ya abatidos. Las hermanas de estos últimos, Leticia y Zulma, ahora pasaron del EPP al EML y empezaron a extorsionar de nuevo a todos los estancieros que anteriormente ya tenían que pagar a la ACA.
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