CONCEPCIÓN. Don Mario Cecilio Duarte González creció viendo a su padre trabajar en su taller de zapatería y eso hizo que se inclinara al trabajo artesanal en cuero. Con los años se dio cuenta de que tenía un gran don: el dibujo, y a su paso fue encontrando grandes maestros que le ayudaron a perfeccionar y ampliar sus conocimientos en ese arte.
Recuerda al concepcionero Alejandro Lavand Amarilla y al español Jesús García como sus principales profesores.
Se considera un artista. Es que sus trabajos así lo demuestran y sus clientes llegan a su taller ubicado en el barrio Villa Armando de la ciudad de Concepción a realizar sus pedidos.
Una de sus obras más grandes de tallado artístico en madera es un cuadro de “La última cena”, que ya fue vendido en G. 10 millones. Según dijo, solo trabaja con la especie trébol.
“Es una madera muy noble; difícil de encontrar en estos tiempos, pero siempre consigo. La técnica que uso se llama alto relieve y muy pocos artistas la usamos”, comentó.
También en su pequeño taller de donde salieron grandes creaciones, tiene listo para la venta el rostro de Cristo e imágenes de caballos. No se pierde dentro de sus obras la imagen de dos carretas, que tienen sus particularidades.
“Dos fotografías que había tomado don Antonio Maldonado, más conocido como Oli, en 1960, me sirvieron para hacer este tallado. A este tipo de carro se le denominaba ‘carreta tropa’ que partía de Concepción, pasaba por Horqueta, a Bella Vista Norte y llegaba a Pedro Juan Caballero”, dijo.
Don Oli era conocido como el arquitecto de las botellas por los objetos en miniatura que hacía dentro de los recipientes. Falleció el 24 de agosto de este año.
Como el dibujo es una de sus principales habilidades, Mario también realiza el trabajo artístico en cuero. Recuerda que aprendió de un español y durante un curso en arte decorativo en Buenos Aires a los 22 años de edad. Esos conocimientos le ayudaron para perfeccionar su arte. El curso incluía repujado en cobre, cuero y aluminio. En 1980 hizo una exposición en Concepción, donde vendió bastante bien, pero el cobre y el aluminio tenía que traer de Buenos Aires, entonces optó por trabajar en cuero curtido, dijo.
En su improvisada exposición, aprovechando la entrevista, sobresale entre sus trabajos un cinto hecho totalmente de cuero, pero que tiene algunos detalles. Se trata de un cinto personalizado que lleva el nombre del dueño y dibujos que primero fueron hechos a lápiz y luego golpeados con buriles (herramienta manual), que lleva el sello de la experiencia del artista.
También realiza forrado de termos de distintos tamaños y con los diseños que el cliente solicite. Las vainas para cuchillos con inscripciones personalizadas, termos forrados en cuero repujado, botas con diseños en el caño y todo tipo de calzados, además de grabado de fotografías son algunas de las opciones que crea en cuero curtido.
Explicó que todos sus hijos, siete en total, estudiaron mediante el trabajo que realiza y al que se dedica exclusivamente. “No soy rico, pero tampoco paso necesidades. Vivo de esto. Mi hija menor terminó su carrera de odontología y en breve tendrá su colación. Mi trabajo es caro porque soy el único prácticamente que hago este estilo. Tengo clientes de todos lados”, aseguró.
Las personas que deseen adquirir sus trabajos pueden llamar al 0971-800562.
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