Las subcomisarías de
Concepción, que fueron presentadas públicamente por su precariedad e
inseguridad, siguen en las mismas condiciones.
Pese a las promesas de las autoridades, el estado de calamidad está latente y los suboficiales ya no las ocupan en horario nocturno, dejando los poblados al arbitrio de los delincuentes.
A 22 días del ataque a la Subcomisaría 10.ª de Capitán Giménez por hombres del EPP, que según las autoridades era la más frágil, un equipo periodístico de volvió a verificar los estamentos policiales de las zonas.
Aquella vez, los miembros del EPP habían matado a los suboficiales segundos Vicente Casco y Salvador Fernández.
La Subcomisaría 7.ª de Ykua Hovy, distrito de Concepción, sigue en las mismas condiciones paupérrimas. No tiene ni las mínimas comodidades para un ambiente laboral y de seguridad para los dos suboficiales que se manejan sin armas largas y sin móviles.
Una mesa y una silla son los elementos que sirven para que el oficial de guardia labre las actas de denuncia.
Las dos habitaciones están a oscuras con dos precarias camas. Incluso, en una de las habitaciones funciona la precaria cocina con utensilios que no pasan de algunos platos y cucharas.
La instalación eléctrica no ofrece ninguna seguridad con los cables colgantes por la pared, en tanto la vivienda no cuenta con un sanitario acorde a las condiciones higiénicas.
OTRA SUBCOMISARÍA.
Pese a las promesas de las autoridades, el estado de calamidad está latente y los suboficiales ya no las ocupan en horario nocturno, dejando los poblados al arbitrio de los delincuentes.
A 22 días del ataque a la Subcomisaría 10.ª de Capitán Giménez por hombres del EPP, que según las autoridades era la más frágil, un equipo periodístico de volvió a verificar los estamentos policiales de las zonas.
Aquella vez, los miembros del EPP habían matado a los suboficiales segundos Vicente Casco y Salvador Fernández.
La Subcomisaría 7.ª de Ykua Hovy, distrito de Concepción, sigue en las mismas condiciones paupérrimas. No tiene ni las mínimas comodidades para un ambiente laboral y de seguridad para los dos suboficiales que se manejan sin armas largas y sin móviles.
Una mesa y una silla son los elementos que sirven para que el oficial de guardia labre las actas de denuncia.
Las dos habitaciones están a oscuras con dos precarias camas. Incluso, en una de las habitaciones funciona la precaria cocina con utensilios que no pasan de algunos platos y cucharas.
La instalación eléctrica no ofrece ninguna seguridad con los cables colgantes por la pared, en tanto la vivienda no cuenta con un sanitario acorde a las condiciones higiénicas.
OTRA SUBCOMISARÍA.
A unos pocos kilómetros
del lugar, se halla la Subcomisaría 8.ª de Naranjaty, distrito de Horqueta, que
también presenta las mismas precariedades.
En ella trabajan cuatro efectivos policiales, dos por turno. Al lugar llegaron los primeros apoyos, consistentes en una motocicleta de patrulla y una cama doble, sin embargo, la precariedad es notable.
Por la inseguridad existente en la zona, según los vecinos, los uniformados prefieren no utilizar el móvil policial, porque corren el riesgo de ser víctimas de algún atentado desde las zonas boscosas.
Por ello, usan sus motocicletas particulares para cada cobertura, tal como ocurrió en el momento en que el equipo periodístico de ÚH visitó el lugar.
"Ellos no salen en esta moto, porque le pueden tirotear por el camino", señalaron dos vecinos que llegaron hasta la comisaría.
Indicaron que Naranjaty vive su peor momento de inseguridad, ya que por las noches los uniformados abandonan la comunidad y la población queda al arbitrio de todo tipo de delincuentes.
LOS VECINOS ESTÁN PREOCUPADOS
Los pobladores, tanto de Ykua Hovy, como de Naranjaty, expresaron su preocupación porque los agentes no se encuentran en horas de la noche precisamente por la inseguridad ante la falta de refuerzos y recursos adecuados en el sitio. "Necesitamos una comisaría que ofrezca seguridad y aunque sea ocho efectivos, así únicamente se quedarán a realizar las custodias", indicaron los pobladores de Naranjaty que pidieron anonimato. De esta forma, la promesa de mejoramiento y refuerzo de estas subcomisarías hecha por las autoridades policiales no se cumple, mientras el miedo y la inseguridad se agudizan, coincidieron.
En ella trabajan cuatro efectivos policiales, dos por turno. Al lugar llegaron los primeros apoyos, consistentes en una motocicleta de patrulla y una cama doble, sin embargo, la precariedad es notable.
Por la inseguridad existente en la zona, según los vecinos, los uniformados prefieren no utilizar el móvil policial, porque corren el riesgo de ser víctimas de algún atentado desde las zonas boscosas.
Por ello, usan sus motocicletas particulares para cada cobertura, tal como ocurrió en el momento en que el equipo periodístico de ÚH visitó el lugar.
"Ellos no salen en esta moto, porque le pueden tirotear por el camino", señalaron dos vecinos que llegaron hasta la comisaría.
Indicaron que Naranjaty vive su peor momento de inseguridad, ya que por las noches los uniformados abandonan la comunidad y la población queda al arbitrio de todo tipo de delincuentes.
LOS VECINOS ESTÁN PREOCUPADOS
Los pobladores, tanto de Ykua Hovy, como de Naranjaty, expresaron su preocupación porque los agentes no se encuentran en horas de la noche precisamente por la inseguridad ante la falta de refuerzos y recursos adecuados en el sitio. "Necesitamos una comisaría que ofrezca seguridad y aunque sea ocho efectivos, así únicamente se quedarán a realizar las custodias", indicaron los pobladores de Naranjaty que pidieron anonimato. De esta forma, la promesa de mejoramiento y refuerzo de estas subcomisarías hecha por las autoridades policiales no se cumple, mientras el miedo y la inseguridad se agudizan, coincidieron.