La Policía halló ayer tres hectáreas de marihuana durante una incursión en el área boscosa de la estancia San Eduardo –atacada por el EPP el 10 de julio último–, ubicada en Tacuatí, San Pedro.
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Foto/ABC |
Habría conexión entre narcos y la banda criminal de izquierda.
La nueva plantación de marihuana hallada por la Policía Nacional se suma a las cuatro hectáreas, más 1.800 kilos de la hierba picada, descubiertas semanas atrás por las fuerzas del orden en la estancia Tereré, ubicada a unos 10 kilómetros del establecimiento San Eduardo, donde se registró el martes pasado el último ataque atribuido al grupo delincuencial autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP).
Tanto para los uniformados policiales como para los agentes del Ministerio Público, no hay dudas de que el último ataque perpetrado en el establecimiento San Eduardo fue protagonizado por el EPP. En ese episodio, el grupo armado interceptó al trabajador de la hacienda Adrián Zorrilla, lo despojó de sus pertenencias e incendió la camioneta en la que se desplazaba. Además, los miembros del grupo criminal dejaron varias advertencias y exigencias tanto para el dueño de la estancia, Eduardo Talavera, como para el menonita Peter Harden, y los emplazaron por ocho días para que cumplan con las exigencias, entre ellas la de entregar reses y víveres a asentamientos de Concepción, según los datos.
Tras este último ataque del grupo, la Policía montó un campamento en la estancia y realiza constantes incursiones en las zonas boscosas.
El comisario Óscar Ferreira, coordinador del operativo en la zona, explicó que por la cantidad de marihuana hallada en la zona, se busca qué tipo de conexión existiría entre los narcos y el EPP, y barajan la posibilidad de que la banda armada tenga como rubro principal la marihuana o actúa de protector a los narcotraficantes. El jefe policial sostuvo que se puede considerar que existe relación entre ambos grupos delictivos, dado que adoptan el mismo mecanismo: “la violencia” y actúan desde “el anonimato, ocultándose en los montes”.
Los miembros del EPP vienen actuando con relativa frecuencia desde hace unos seis años en una extensa área que abarca parte de los departamentos de Concepción y San Pedro. Ha realizado secuestros y asesinado a policías y civiles, además de la destrucción de retiros en varias estancias y quemas de implementos agrícolas. La respuesta del Gobierno en la era de Fernando Lugo y en el actual no ha sido efectiva, pese a haberse declarado estado de excepción en dos oportunidades para una incursión coordinada entre la Policía y Fuerzas Armadas.
Lindstron, la última víctima
El ganadero Luis Alberto Lindstron Picco (63) fue la última víctima mortal del EPP. El empresario fue acribillado el 31 de mayo último en una emboscada cerca de un retiro de la estancia Paso Itá, ubicada en Tacuatí, San Pedro, cuando iba del lugar en su camioneta luego de dejar a unos trabajadores en el puesto. Lindstron, que había sido secuestrado por la misma banda criminal el 31 de julio del 2008 y liberado tras varios meses de cautiverio, venía siendo hostigado por el EPP. Según datos policiales, el grupo armado de izquierda ya ha registrado unos 66 golpes desde la primera que realizó en 1997 en Choré, San Pedro. Asesinó a 10 policías y 15 a civiles, además de consumar cuatro sonados secuestros.
Fuente: ABC