Tiene como excusa moral la pobreza de la clase campesina y la corrupción de la dirigencia política. El EPP lleva sobre sus espaldas un tendal de muertos y logra fortalecerse ante la debilidad del Estado.
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) fueron creadas en 1964 y tiene como objetivo de lucha imponer un sistema socialista.
La ideología de las FARC es comunista, de la corriente marxista-leninista; y con la irrupción de Hugo Chávez en Venezuela incluyó la corriente bolivariana del siglo 21 como una propuesta de modelo.
La FARC, en la década de los años 1970 y 1980, se sumó a una serie de grupos armados que siguieron el ejemplo revolucionario de Cuba, era el ideal de tomar el poder por la vía de la lucha armada.
Fidel Castro y su abierto desafío a una superpotencia como es Estados Unidos despertó una gran simpatía entre intelectuales y jóvenes.
Latinoamérica, gobernada por regímenes militares de derecha, no era precisamente el ideal de libertad política y respeto a los derechos humanos.
En este período oscuro de la historia compartida por los latinoamericanos, tanto los grupos guerrilleros como los militares llenaron de vergüenza su lucha con actos de violencia innecesaria. Cada uno encontraba su justificativo en el accionar del contrincante, en medio de la desolación de comunidades campesinas e indígenas utilizadas como carne de cañón.
Estados Unidos y Cuba no quedan exentos de responsabilidad en el derramamiento de sangre. Para ambos, nuestros países no eran otra cosa sino piezas en un tablero de geopolítica.
Estados Unidos y Cuba tienen una gran deuda con Latinoamérica: son culpables del derramamiento de sangre y la violencia política sin límites que nos azotó por espacio de 20 años.
A contramano con la historia
El 1 de marzo de 2008 se constituyó en Horqueta el Ejército del Pueblo Paraguayo.
El domingo 16 de marzo, a unos días de su creación, el EPP realizó su primer atentado. En esa oportunidad, se tomó por asalto el establecimiento Santa Herminia, propiedad del brasileño Nabort Both, y se quemó maquinaria.
El origen del EPP está estrechamente ligado con el Partido Patria Libre, donde los principales referentes son Juan Arrom y Anuncio Martí, hoy asilados políticos en Brasil. En Paraguay están acusados del secuestro de María Edith de Debernardi.
El Ejército del Pueblo Paraguayo surge con la propuesta de insurrección armada como método de lucha, tomó el modelo de las FARC e inició una serie de acciones violentas con el resultado de asesinatos de policías y civiles, así como secuestros extorsivos para financiar la insurgencia.
A contramano con la historia, con el proceso democrático en la región y en medio de graves conflictos sociales ligados con el narcotráfico, el Ejército del Pueblo Paraguayo reivindica la lucha armada en el norte del país.
En cinco años logró imponer respeto y miedo en la misma proporción: respeto entre sus admiradores y miedo en familias campesinas abandonadas a su suerte en los departamentos de Concepción y San Pedro.
El Estado paraguayo, por su parte, no logró grandes avances en el intento por contener al grupo terrorista.
La propia debilidad del Estado refleja las fortalezas del Ejército del Pueblo Paraguayo. Los éxitos iniciales del grupo no hacen sino reafirmar el respeto y el miedo.
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) fueron creadas en 1964 y tiene como objetivo de lucha imponer un sistema socialista.
La ideología de las FARC es comunista, de la corriente marxista-leninista; y con la irrupción de Hugo Chávez en Venezuela incluyó la corriente bolivariana del siglo 21 como una propuesta de modelo.
La FARC, en la década de los años 1970 y 1980, se sumó a una serie de grupos armados que siguieron el ejemplo revolucionario de Cuba, era el ideal de tomar el poder por la vía de la lucha armada.
Fidel Castro y su abierto desafío a una superpotencia como es Estados Unidos despertó una gran simpatía entre intelectuales y jóvenes.
Latinoamérica, gobernada por regímenes militares de derecha, no era precisamente el ideal de libertad política y respeto a los derechos humanos.
En este período oscuro de la historia compartida por los latinoamericanos, tanto los grupos guerrilleros como los militares llenaron de vergüenza su lucha con actos de violencia innecesaria. Cada uno encontraba su justificativo en el accionar del contrincante, en medio de la desolación de comunidades campesinas e indígenas utilizadas como carne de cañón.
Estados Unidos y Cuba no quedan exentos de responsabilidad en el derramamiento de sangre. Para ambos, nuestros países no eran otra cosa sino piezas en un tablero de geopolítica.
Estados Unidos y Cuba tienen una gran deuda con Latinoamérica: son culpables del derramamiento de sangre y la violencia política sin límites que nos azotó por espacio de 20 años.
A contramano con la historia
El 1 de marzo de 2008 se constituyó en Horqueta el Ejército del Pueblo Paraguayo.
El domingo 16 de marzo, a unos días de su creación, el EPP realizó su primer atentado. En esa oportunidad, se tomó por asalto el establecimiento Santa Herminia, propiedad del brasileño Nabort Both, y se quemó maquinaria.
El origen del EPP está estrechamente ligado con el Partido Patria Libre, donde los principales referentes son Juan Arrom y Anuncio Martí, hoy asilados políticos en Brasil. En Paraguay están acusados del secuestro de María Edith de Debernardi.
El Ejército del Pueblo Paraguayo surge con la propuesta de insurrección armada como método de lucha, tomó el modelo de las FARC e inició una serie de acciones violentas con el resultado de asesinatos de policías y civiles, así como secuestros extorsivos para financiar la insurgencia.
A contramano con la historia, con el proceso democrático en la región y en medio de graves conflictos sociales ligados con el narcotráfico, el Ejército del Pueblo Paraguayo reivindica la lucha armada en el norte del país.
En cinco años logró imponer respeto y miedo en la misma proporción: respeto entre sus admiradores y miedo en familias campesinas abandonadas a su suerte en los departamentos de Concepción y San Pedro.
El Estado paraguayo, por su parte, no logró grandes avances en el intento por contener al grupo terrorista.
La propia debilidad del Estado refleja las fortalezas del Ejército del Pueblo Paraguayo. Los éxitos iniciales del grupo no hacen sino reafirmar el respeto y el miedo.
Fuente: ABC