HORQUETA, Concepción. Las fuerzas de seguridad del Estado requieren asistencia militar para tener oportunidad de éxito en el combate contra el Ejército del Pueblo Paraguayo.
Colombia conoce de cerca el accionar de las FARC, grupo que brinda entrenamiento al EPP. Apoyo extranjero durante el secuestro de Fidel Zavala permitió confirmar falencias y limitaciones de nuestras fuerzas.
El 15 de octubre de 2009 fue secuestrado Fidel Zavala. El plagio se produjo dentro de su establecimiento ganadero, en la jurisdicción de Hugua Ñandu, distrito de Paso Barreto.
Brasil y Colombia ofrecieron asistencia técnica para apoyar la tarea de la Policía Nacional.
El Gobierno paraguayo, a cargo en ese momento de Fernando Lugo, aceptó ambas propuestas.
Brasil envío al Paraguay un equipo de oficiales de la Policía Federal especializados en tareas de vigilancia electrónica.
Los agentes federales del Brasil trajeron al país sofisticados equipos de escucha y se instalaron en el área de operaciones del Ejército del Pueblo Paraguayo, efectivos de la FOPE se ocuparon de brindar protección.
La triangulación de llamadas y monitoreo de radios permitió conocer la ubicación de los negociadores y el sector donde lo mantenían secuestrado.
Los oficiales de la Policía Federal facilitaron a la Policía Nacional las coordenadas, se confirmó que los secuestradores nunca salieron de las inmediaciones de la propiedad de Fidel Zavala.
Otro tanto sucedió con los negociadores, se descubrió que transmitían desde cerro Galván, en las afueras de Puerto Casado, Alto Paraguay.
Cerro Galván se encuentra hasta hoy ocupado por la Comisión Protierra de Puerto Casado.
El EPP montó un campamento en cerro Galván para negociar la libertad de Zavala, esto pudo lograrlo únicamente con la complicidad de la Comisión Protierra.
Por exigencia de los familiares de Zavala, la policía no intentó ningún operativo de rescate.
Aporte de Colombia
El Gobierno de Colombia envió al Paraguay nueve agentes de la Policía Nacional especializados en secuestros y operaciones de inteligencia. Uno de los grupos tuvo como responsabilidad preparar un equipo de reacción. El primer problema vino cuando pidieron cinco mil proyectiles para prácticas de tiro de los agentes de la FOPE seleccionados para un eventual rescate.
En todo el país, la Policía Nacional no tenía tal cantidad de proyectiles. Al final tuvieron que pedir prestados a Fuerzas Militares.
Se creó el grupo Fénix como soporte operativo del equipo de inteligencia. Se entrenaron duro, pero al final Fénix quedó desarticulado: los policías de inteligencia y la FOPE se pelearon por plata. Al romperse la confianza mutua se perdió la oportunidad de seguir el proceso de formación de elementos paraguayos.
El soporte tecnológico del Brasil y la experiencia de Colombia permitieron conocer el interior del EPP, sobre todo la estructura de su organización, liderazgos emergentes, y también el funcionamiento de su estructura logística.
Las fuerzas de seguridad del Paraguay no cuentan con la experiencia necesaria para contener las acciones terroristas del EPP. El empirismo explica la iniciativa que tiene en sus manos el EPP.
Este grupo tiene entrenamiento de las FARC. Según inteligencia militar, en el norte ingresaron cinco terroristas colombianos.
Si Paraguay pide asistencia militar no faltarán quienes digan que es un atropello a los derechos humanos.
NOTA del diario ABC Color