Los empleados de la hacienda repartieron la carne en una camioneta y en bolsas de unos 5 kilos cada una, casa por casa, tal como exigieron los miembros de la banda armada.
De acuerdo con los datos, los empleados que fueron tomados de rehenes por los captores ya abandonaron la zona, por miedo, y los demás trabajadores que decidieron quedarse le pidieron a su patrón que cumpla con la exigencia de los delincuentes, porque también temen otros ataques.
Ante esta situación, el ganadero brasileño no tuvo otra opción más que ceder ante el chantaje del EPP, por temor a que los marginales sigan destruyendo su establecimiento y que cumplan con la amenaza de matarlo.
Secuestro de Zavala
La entrega de carne a asentamientos campesinos es una vieja exigencia que el EPP hace en cada aparición violenta en el Norte, aunque esta es la segunda vez que se cumple.
La primera había sido durante el secuestro de Fidel Zavala. El 12 de enero de 2010, cinco días antes de su liberación, los empleados de la familia habían entregado carne en la Chacarita y en un asentamiento indígena de Hugua Ñandu, aunque otro grupo de nativos se negó a recibir el producto por respeto a la víctima.
Fuente: ABC
De acuerdo con los datos, los empleados que fueron tomados de rehenes por los captores ya abandonaron la zona, por miedo, y los demás trabajadores que decidieron quedarse le pidieron a su patrón que cumpla con la exigencia de los delincuentes, porque también temen otros ataques.
Ante esta situación, el ganadero brasileño no tuvo otra opción más que ceder ante el chantaje del EPP, por temor a que los marginales sigan destruyendo su establecimiento y que cumplan con la amenaza de matarlo.
Secuestro de Zavala
La entrega de carne a asentamientos campesinos es una vieja exigencia que el EPP hace en cada aparición violenta en el Norte, aunque esta es la segunda vez que se cumple.
La primera había sido durante el secuestro de Fidel Zavala. El 12 de enero de 2010, cinco días antes de su liberación, los empleados de la familia habían entregado carne en la Chacarita y en un asentamiento indígena de Hugua Ñandu, aunque otro grupo de nativos se negó a recibir el producto por respeto a la víctima.
Fuente: ABC