Ever Ramón Galeano |
De acuerdo con la hipótesis más sustentable que maneja el fiscal de la causa, Alfredo Mieres, el cobrador Ever Ramón Galeano fue baleado en la cabeza el miércoles a las 05:30 en un operativo irregular de la subcomisaría 16ª de la colonia Cocuerã, distrito de Choré, departamento de San Pedro, aunque con apoyo de efectivos de la oficina regional del departamento Antinarcóticos.
Galeano murió esa misma tarde en el Centro de Emergencias Médicas de Asunción.
El representante del Ministerio Público declaró ayer que él ya tiene la certeza absoluta de que el joven, efectivamente, trabajaba como cobrador de una empresa distribuidora y no como traficante de drogas, como quisieron presentarlo los policías.
Según los familiares de Ever, este transportaba unos 20 millones de guaraníes en efectivo, producto de la recaudación en la zona, cuando fue baleado en un camino vecinal mientras circulaba en su motocicleta.
El fiscal Mieres resaltó que, además de ser ilegítima la operación, los policías comunicaron a destiempo el suceso, lo que pudo haber facilitado que “armaran” una escena favorable para ellos.
Según los datos que se manejan, el comisario principal Rufino Gill López, jefe de Antinarcóticos, luego de ser informado por sus subalternos de la situación, habría ordenado que le “plantaran” 11 kilos de marihuana al joven para justificar el ataque.
El citado uniformado está ahora en la mira de Asuntos Internos y debería ser apartado de su cargo.
Galeano murió esa misma tarde en el Centro de Emergencias Médicas de Asunción.
El representante del Ministerio Público declaró ayer que él ya tiene la certeza absoluta de que el joven, efectivamente, trabajaba como cobrador de una empresa distribuidora y no como traficante de drogas, como quisieron presentarlo los policías.
Según los familiares de Ever, este transportaba unos 20 millones de guaraníes en efectivo, producto de la recaudación en la zona, cuando fue baleado en un camino vecinal mientras circulaba en su motocicleta.
El fiscal Mieres resaltó que, además de ser ilegítima la operación, los policías comunicaron a destiempo el suceso, lo que pudo haber facilitado que “armaran” una escena favorable para ellos.
Según los datos que se manejan, el comisario principal Rufino Gill López, jefe de Antinarcóticos, luego de ser informado por sus subalternos de la situación, habría ordenado que le “plantaran” 11 kilos de marihuana al joven para justificar el ataque.
El citado uniformado está ahora en la mira de Asuntos Internos y debería ser apartado de su cargo.
Fuente: ABC