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Elisa Ledesma, de 28 años, también dijo que extraña mucho a Edelio, quien ayer cumplió 27 años, el segundo cumpleaños que pasa en cautiverio en poder del grupo criminal EPP, desde el 5 de julio del año 2014.
“No es posible decirle felicidades, porque está secuestrado. Recuerdo que hace dos años pasamos aquí en casa, junto con mi papá. A él (por Edelio) no le gustaba mucho festejar su cumpleaños, pero esa vez hicimos un almuerzo”, rememoró la esposa del uniformado en su casa ubicada en el kilómetro 78 de la Ruta V “Gral. Bernardino Caballero”, en la localidad de Arroyito, distrito de Horqueta, departamento de Concepción.
Elisa también mostró los uniformes de policía que quedaron en la casa donde vivía con Edelio y rogó al EPP al menos una prueba de vida, para renovar sus esperanzas de volver a ver a su esposo. “Edelio, siempre te voy a esperar”, respondió emocionada la mujer cuando los periodistas le pidieron que enviara un mensaje a su marido secuestrado.
Tristeza, también en la casa de sus padres
“No es posible decirle felicidades, porque está secuestrado. Recuerdo que hace dos años pasamos aquí en casa, junto con mi papá. A él (por Edelio) no le gustaba mucho festejar su cumpleaños, pero esa vez hicimos un almuerzo”, rememoró la esposa del uniformado en su casa ubicada en el kilómetro 78 de la Ruta V “Gral. Bernardino Caballero”, en la localidad de Arroyito, distrito de Horqueta, departamento de Concepción.
Elisa también mostró los uniformes de policía que quedaron en la casa donde vivía con Edelio y rogó al EPP al menos una prueba de vida, para renovar sus esperanzas de volver a ver a su esposo. “Edelio, siempre te voy a esperar”, respondió emocionada la mujer cuando los periodistas le pidieron que enviara un mensaje a su marido secuestrado.
Tristeza, también en la casa de sus padres
Así como su nuera, la señora Obdulia Florenciano, madre de Edelio, aún conserva los uniformes de operaciones de su hijo, los que espera con ansias que el joven agente vuelva a vestir alguna vez.
“Cuando miro sus pertenencias parece que lo veo a él. Me cuesta creer que hace casi dos años que no lo veo y que nada sé de mi hijo. Su olor quedó impregnado en su uniforme, nunca le hicimos mal a nadie para que así nos castiguen”, dijo en guaraní y visiblemente emocionada.
El señor Apolonio Morínigo y los otros hermanos de Edelio rodeaban a doña Obdulia en el triste momento y también derramaron algunas lágrimas.
Pero uno de los momentos más duros que se vivieron ayer en la casa de los padres de Edelio, en el día del cumpleaños de este, fue cuando doña Obdulia se dirigió especialmente a Lucio Silva, uno de los jefes del EPP y antiguo vecino de la comunidad.
“Ya basta, ya mucho nos hicieron sufrir. Por favor liberen a mi hijo. Vos, don Lucio Silva, sabés que somos gente humilde. Vos alguna vez dijiste que eras un luchador campesino; entonces, compañero, liberale a mi hijo por favor”, suplicó en un cerrado guaraní la desesperada madre.
ABC