Esta ciudad, hoy capital del primer departamento, posee muchas historias y fue protagonista en varias ocasiones en acontecimientos que marcaron la historia de nuestro país. Por algún tiempo era conocida como la “opulenta” y de acuerdo a los registros, a finales del siglo XIX y principio del siglo XX, Concepción importaba y exportaba directamente de varios países europeos, ganando así ese mote.
A medida que fueron pasando los años, en muchos aspectos la ciudad de Concepción no pudo acompañar ese proceso de cambios y se quedó relegada con relación a otras importantes ciudades de nuestro país.
Si bien ese “aislamiento obligado” hizo que el despegue de la capital departamental en varios sentidos se postergue, los ciudadanos concepcioneros no dejaron de buscar mejores días para la zona y se trató de acercar a varios puntos de nuestra geografía.
La unión de las dos regiones Occidental y Oriental, a través del puente Nanawa, como también la construcción de rutas asfaltadas ayudaron a ese acercamiento con otros zonas más desarrolladas de nuestro país.
En los últimos años, en Concepción se notó un gran crecimiento poblacional y económico en la ciudad. Aunque todavía existen varios déficits en numerosos órdenes y en muchos casos los propios conciudadanos son los que ponen “palo a la rueda del desarrollo”, cuando por ejemplo no se cumplen con las obligaciones como pobladores.
Lastimosamente, al cumplir 245 años de fundación, las luchas internas siguen postergando a esta hermosa parte del Paraguay. La propia población lucha para que sus autoridades puedan trabajar con honestidad y dar soluciones a los reclamos, muchas calles están llenas de baches, la Essap con su cuota de responsabilidad en lo que respecta a los desagües, animales en las calles, son sólo algunos ejemplos de que la ciudad de Concepción está lejos de volver a ser la “opulenta”. Todos quienes habitamos esta ciudad debemos contribuir a que la bella y culta Concepción vuelva a ganar ese nombre.