“La oposición de estos sectores gremiales era porque el precio de la carne del Brasil es más barato y, al final, les obligaba a ellos a disminuir el precio de la carne para la población paraguaya”, declaró a ABC Color el citado abogado de la planta frigorífica auditada por el Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa) y suspendida parcialmente para exportación vacuna a algunos de los grandes mercados externos.
“Por eso fue la oposición. No era por una cuestión netamente altruista o de cuidado de nuestra imagen país, sino que el precio bajo que Frigorífico Concepción estableció en el mes previo al Día del Trabajador, que fueron precios que en el año 2010 se tenían. Eso molestó al gremio. Se ofertaban costilla a G. 16.500 el kilo”, recalcó Ovelar. Preguntado a qué gremio se refería, dijo que, específicamente, a la Asociación Rural del Paraguay (ARP).
En cuanto a la falta de documentación sanitaria para la importación de carne, el abogado reconoció que hubo “una falta administrativa”, que se pretendía corregir o adjuntar posteriormente para el registro en Aduanas, “pero no hubo tiempo, porque se provocó esta intervención antes”.
Requerido por qué no se otorgaron esos permisos, dijo que se habían solicitado, pero que hubo demora en la respuesta del Senacsa hacia el Frigorífico Concepción. Señaló que esa demora se debió a la presión que ejercía “un sector gremial que no estaba de acuerdo con la importación, por lo que disminuyó la continuidad del otorgamiento” del permiso para importar carne.
ABC
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