El compositor fue diagnosticado de cáncer en el mes de junio del año 2017 y, desde entonces, sometido a un largo tratamiento con sesiones de quimioterapia.
El artista había compuesto la música Bienvenido, Papa Francisco, la cual grabó con el coro de la Iglesia Catedral de Nuestra Señora de la Concepción.
La composición es una polka, ritmo propio de Paraguay, y cuenta con arreglos de tango en honor al Santo Padre, quien nació en Argentina.
La dictadura persiguió al tenor César Ruiz Díaz, hoy cantante de la OSCA. Recaló primero en los EEUU y luego en el Brasil. Regresó para cantar y seguir soñando otro Paraguay.
En una nota de UH se recuerda el regreso del exterior en lo siguiente:
Es un concepcionero al que el maestro Luis Szarán, director de la OSCA, escuchó cantar y desde entonces suma su timbre vocal a los conciertos.
UH
Es un concepcionero al que el maestro Luis Szarán, director de la OSCA, escuchó cantar y desde entonces suma su timbre vocal a los conciertos.
Nacido el 10 de mayo de 1949 en la capital del primer departamento, el músico y sacerdote salesiano Pedro Viedma fue el que le mostró el camino de la música integrando la banda y el coro polifónico del Colegio de San José de su ciudad. En esa época formó la primera orquesta electrónica de allí: Los Dinámicos.
La siguiente etapa fue Asunción. El estudio y la música fueron sus ocupaciones. "Canté con Los Shakes y otros grupos. El canto era lo que me gustaba", recuerda.
Paralelamente, no era ajeno a la política militante. Su padre, Heriberto Ruiz Díaz, del Partido Revolucionario Febrerista (PRF), era tildado como comunista en Concepción. Estuvo preso en Peña Hermosa y cuanto había ganado con su trabajo honesto _era dueño de la lancha Tory, en la que hacía macate? le fue despojado por la dictadura stronista.
"Papá estaba hospedado en el hotel Polo Sud de Asunción. Allí le apresó la Policía y le robó lo que hoy equivaldría a dinero para comprar entre 700 y 800 cabezas de vaca. Le dejó en la calle", cuenta.
Ese hecho le rebeló a Celso. Por eso, comenzó también a activar en política en el PRF. "Hicimos una pintata del adoquinado que Stroessner tenía que inaugurar en Concepción en 1968, antes de las elecciones de ese año. Nos apresaron y fuimos salvajemente torturados durante tres días y tres noches en la Cuarta División de Infantería.
El jefe de plaza era el tristemente célebre coronel Heriberto Miers. Nos descuartizaron. Monseñor Aníbal Maricevich intervino y evitó que nos remitieran a Asunción. A consecuencia de las torturas, al poco tiempo, murió el secretario general del partido, Heriberto Bordón. A raíz de ese hecho, mis familiares más cercanos también fueron perseguidos", sigue relatando.
Además de él y el ya mencionado secretario general del PRF también habían sido detenidos y apremiados físicamente Ciro Coronel, Rigoberto Paniagua, Blásido Bernal y Dionisio González.
"Fuera Stroessner", "Abajo el dictador" y "Carnaval sin tiempo, Stroessner y su comparsa" eran las leyendas que habían escrito sobre la avenida Presidente Franco. Tan grave fue para el régimen lo sucedido que el tirano no pudo inaugurar sus "obras de gobierno" entonces.
Desde aquel entonces, todos los que habían estado inmersos en ese episodio debían "desaparecer" de Concepción cuando Stroessner iba a visitarla. Si no, corrían el riesgo de ser apresados "preventivamente".
Como estudiante de Derecho, ya en la capital del país, las persecuciones continuaron. "Mi madre me pidió que saliera al exterior. Mi vida corría serio peligro. Por eso, en 1974, no tuve más remedio que irme a los Estados Unidos de Norteamérica, estando también en otros países centroamericanos y sudamericanos", rememora.
UH
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