Las embarcaciones de gran calado como los remolcadores, que suelen transportar granos y minerales desde el Brasil hasta el Río de la Plata, dejaron de navegar en esta zona norte desde hace varias semanas, pero la bajante de las aguas no solo afecta a este tipo de transporte fluvial, ya que el barco de pasajeros y cargas como el Aquidabán, que realiza viajes semanales desde Concepción, también comienza a sentir los efectos de esta histórica bajante de las aguas del río Paraguay.
La antigua embarcación suele atracar en el puerto de esta comunidad los días jueves en horas de la mañana entre las 8:00 y 9:00, pero esta semana se retrasó debido precisamente a la dificultad de poder navegar como normalmente suele hacerlo.
Uno de los propietarios de la embarcación, Ángel Desvars, comentó que el retraso obedeció a que se deben tomar todas las precauciones para sortear los pasos críticos, a fin de evitar atascarse en un banco de arena o encallar en lugares de piedras.
Se deben realizar trabajos de baliza, según explicó el navegante, que consiste en que unos tripulantes a bordo de una embarcación pequeña, una deslizadora, proceden a buscar las partes más profundas del río y colocar las boyas para señalizar por el lugar donde debe pasar el Aquidabán.
Esto lleva horas porque mientras se realizan estos marcajes en los varios pasos difíciles, el barco debe aguardar o disminuir la velocidad, nos explicó don Ángel.
Mencionó que lleva navegando por estas aguas más de 30 años y le sorprende sobremanera la bajante del río, aunque mencionó que siendo niño en su natal Concepción, ya pudo apreciar este tipo de fenómeno natural. La altura del río frente al puerto de esta comunidad del día viernes fue de 1,50 cm, mientras que lo normal para la época del año es que sobrepase los seis metros.
Para que las aguas del río puedan repuntar, se necesitan lluvias que superen los 500 mm en esta cuenca norte del pantanal, sin embargo, las predicciones no son alentadoras para todo este año.
ABC