Los manifestantes, a través de una larga caminata –entre cantos y rezos–, pidieron esclarecimiento de la muerte violenta de Gaspar Aníbal Escobar Vera, 18 años, estudiante del 3er año de la Media del Colegio Mariscal Estigarribia, ocurrido el 14 de septiembre pasado en una circunstancia poco clara.
En la ocasión, el joven venía en motocicleta en compañía de su amigo José Larrea de un festival y kilómetros antes de llegar a su vivienda fue herido en la cabeza de un balazo, sin que se conozca al o los autores.
Sus compañeros de curso reclamaron mayor celeridad en la investigación, porque desean conocer el motivo del crimen, ya que el joven era el mejor alumno de la institución, además catequista de su comunidad.
Destacaron que fue un joven excelente que demostró amor y solidaridad con sus demás compañeros y que nadie se imaginaba que le ocurriría tal hecho, ya que nunca tuvo ningún problema con nadie.
El profesor Mario Ayala, director del Colegio Mariscal Estigarribia de Naranjhaty’i, destacó que el joven fue un ejemplo para toda la juventud y que aparte de sus bondades como alumno y catequista, también era músico, por lo que esa noche fue a acompañar a un tío suyo en un festival juvenil.
Pidió a las autoridades investigar el hecho, porque no quieren que termine en la impunidad así como ya ocurrió con otros hechos similares en el distrito de Horqueta. “Esta marcha es una muestra de dolor, pero también de intenciones de conocer lo ocurrido con el joven, sabemos que no regresará su vida, pero sus padres y compañeros necesitan saber la verdad”, añadió el educador.
Monseñor Pablo Cáceres, vicario de la Diócesis de Concepción, llevó su apoyo de la iglesia y pidió a los pobladores a ser fuertes en esta circunstancia y seguir exigiendo la justicia para el joven. Destacó que muchos hechos criminales ya quedaron impunes en el departamento y que a través del esfuerzo de la gente se puede conseguir que las autoridades esclarezcan lo acontecido.
De la marcha que tuvo un trayecto de 3 kilómetros también participaron familiares de otras víctimas de la violencia acompañando y exigiendo.
Fuente: UH
En la ocasión, el joven venía en motocicleta en compañía de su amigo José Larrea de un festival y kilómetros antes de llegar a su vivienda fue herido en la cabeza de un balazo, sin que se conozca al o los autores.
Sus compañeros de curso reclamaron mayor celeridad en la investigación, porque desean conocer el motivo del crimen, ya que el joven era el mejor alumno de la institución, además catequista de su comunidad.
Destacaron que fue un joven excelente que demostró amor y solidaridad con sus demás compañeros y que nadie se imaginaba que le ocurriría tal hecho, ya que nunca tuvo ningún problema con nadie.
El profesor Mario Ayala, director del Colegio Mariscal Estigarribia de Naranjhaty’i, destacó que el joven fue un ejemplo para toda la juventud y que aparte de sus bondades como alumno y catequista, también era músico, por lo que esa noche fue a acompañar a un tío suyo en un festival juvenil.
Pidió a las autoridades investigar el hecho, porque no quieren que termine en la impunidad así como ya ocurrió con otros hechos similares en el distrito de Horqueta. “Esta marcha es una muestra de dolor, pero también de intenciones de conocer lo ocurrido con el joven, sabemos que no regresará su vida, pero sus padres y compañeros necesitan saber la verdad”, añadió el educador.
Monseñor Pablo Cáceres, vicario de la Diócesis de Concepción, llevó su apoyo de la iglesia y pidió a los pobladores a ser fuertes en esta circunstancia y seguir exigiendo la justicia para el joven. Destacó que muchos hechos criminales ya quedaron impunes en el departamento y que a través del esfuerzo de la gente se puede conseguir que las autoridades esclarezcan lo acontecido.
De la marcha que tuvo un trayecto de 3 kilómetros también participaron familiares de otras víctimas de la violencia acompañando y exigiendo.
Fuente: UH
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