Alrededor de las 21:00, un grupo de criminales del EPP llegó a una comunidad de colonos brasileños, en las inmediaciones de Paso Tuya.
El grupo estaba compuesto por entre 15 y 18 personas. Tomaron dos viviendas y comenzaron a robar alimentos y a buscar dinero, en medio del terror de las familias propietarias de las viviendas.
Una de las chicas, menor de edad, envió un mensaje de texto a la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC). En la comunidad se había acordado un sistema de comunicación vía mensaje para advertir sobre la presencia del EPP.
El grupo militar más próximo al sitio de la denuncia se acercó al sitio. Estaba en una camioneta sin identificación, con cuatro militares a cargo de un teniente, informaron altas fuentes.
La camioneta llevaba asimismo a dos tiradores en la carrocería. Llegaron al lugar y encontraron al grupo del EPP con uniforme camuflado tipo militar.
Los militares pensaron que eran policías que llegaron antes y que verificaban el lugar. Se acercaron al sitio con la luz alta y vieron de frente a los uniformados, que en realidad eran los delincuentes
El teniente- que conducía el rodado - vio que uno de los uniformados llevaba el brazalete con la sigla "EPP" y le gritó al vicesargento Hugo Andrés Monges, quien estaba su lado: “Ejapi, ejapi, EPP kóa!”(¡dispará, dispará, son del EPP!).
En el ínterin que intentaba reaccionar Monges, se acercó Bernardo Bernal Maíz y apartó de un manotazo el arma que llevaba el militar y lo mató con dos disparos en la cara.
El teniente se tiró de la camioneta y con su fusil de asalto hirió en las piernas a Bernardo Bernal. Los tiradores que se encontraban en la carrocería acribillaron al presunto miembro del EPP, quien estaba herido en el suelo.
Los demás miembros del EPP reaccionaron, pero uno de ellos, Claudelino Silva, también cayó abatido. Los delincuentes entonces optaron por huir, ingresando al monte.
Debido a la inferioridad numérica, los tres militares no siguieron a los criminales y esperaron a los refuerzos de la FTC, que llegaron media hora después.
El cuerpo del vicesargento será trasladado a Asunción en un avión de la Fuerza Aérea.
Opiniones cruzadas tras enfrentamiento
La ciudadanía se hizo eco del enfrentamiento entre miembros del EPP e integrantes de las fuerzas conjuntas en el departamento de Concepción, exponiendo posturas dispares sobre lo ocurrido.
El autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo volvió a protagonizar un trágico episodio de violencia y muerte en el departamento de Concepción, resultando víctimas fatales, Bernardo Bernal Máiz, Claudelino Silva y el vicesargento militar Hugo Andrés Monges.
La ciudadanía se hizo eco de lo ocurrido expresando su postura a través de las redes sociales, donde las opiniones se dividieron entre quienes resaltaron la labor de los organismos de seguridad y otro sector que expuso sus dudas acerca de la efectividad de los organismos de seguridad.
A criterio de Felina López la vigencia del EPP es la consecuencia de la corrupción imperante en el país, “estamos festejando lo que los mismos políticos siembran para robar al pueblo, en lugar de dedicarse a trabajar por los más jóvenes”.
Zuni Guerrero lamentó la muerte de un militar que “tuvo que dar su vida para eliminar a un criminal”
A criterio de Teodores Torres, “es triste ver como paraguayos se matan entre paraguayos y nadie sabe la realidad”.
Desde la óptica de Máximo Visconti, “esto forma parte de la historia denominada desviando la atención sobre los bocaditos de oro”.
Roberto Amusquivar manifestó, “pobre gente que muere por su causa, sea equívoca o no es cuestión de ellos”.
Según Adrián Ibarrola “hay que matar más, duela a quien le duela a estos badulaques”, dijo en relación a los miembros del grupo criminal.
“Tantos millones de dólares en armas, equipos, policías y militares juntos y consiguen esto, neutralizar a dos improvisados guerrilleros, una vergüenza por donde se lo mire”, opinó el lector Santiago Fariña.
Carmen Rodríguez sostuvo que “ya era hora que le tocara a estos infelices, ojalá que todos los miembros de esta maldita banda mueran así, por haber acabado con tantas vidas inocentes”.
María Amarilla se preguntó ¿Cuando va a terminar esta historia? Por Dios, ¿Será que el estado es incapaz o hay otros intereses?
Por su parte Karina Sánchez asegura que “la vida se encargó de cobrarle a Bernardo Bernal Máiz, la muerte de su tía poniéndole una granada en la boca”. ¿Este tipo merece la compasión de ustedes, matar gente por su ideología?.
Tras el enfrentamiento un menor de 16 años, que fuera utilizado como escudo para la huida de los demás insurgentes permanece con paradero desconocido.
Fuente: ABC
El grupo estaba compuesto por entre 15 y 18 personas. Tomaron dos viviendas y comenzaron a robar alimentos y a buscar dinero, en medio del terror de las familias propietarias de las viviendas.
Una de las chicas, menor de edad, envió un mensaje de texto a la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC). En la comunidad se había acordado un sistema de comunicación vía mensaje para advertir sobre la presencia del EPP.
El grupo militar más próximo al sitio de la denuncia se acercó al sitio. Estaba en una camioneta sin identificación, con cuatro militares a cargo de un teniente, informaron altas fuentes.
La camioneta llevaba asimismo a dos tiradores en la carrocería. Llegaron al lugar y encontraron al grupo del EPP con uniforme camuflado tipo militar.
Los militares pensaron que eran policías que llegaron antes y que verificaban el lugar. Se acercaron al sitio con la luz alta y vieron de frente a los uniformados, que en realidad eran los delincuentes
El teniente- que conducía el rodado - vio que uno de los uniformados llevaba el brazalete con la sigla "EPP" y le gritó al vicesargento Hugo Andrés Monges, quien estaba su lado: “Ejapi, ejapi, EPP kóa!”(¡dispará, dispará, son del EPP!).
En el ínterin que intentaba reaccionar Monges, se acercó Bernardo Bernal Maíz y apartó de un manotazo el arma que llevaba el militar y lo mató con dos disparos en la cara.
El teniente se tiró de la camioneta y con su fusil de asalto hirió en las piernas a Bernardo Bernal. Los tiradores que se encontraban en la carrocería acribillaron al presunto miembro del EPP, quien estaba herido en el suelo.
Los demás miembros del EPP reaccionaron, pero uno de ellos, Claudelino Silva, también cayó abatido. Los delincuentes entonces optaron por huir, ingresando al monte.
Debido a la inferioridad numérica, los tres militares no siguieron a los criminales y esperaron a los refuerzos de la FTC, que llegaron media hora después.
El cuerpo del vicesargento será trasladado a Asunción en un avión de la Fuerza Aérea.
Opiniones cruzadas tras enfrentamiento
La ciudadanía se hizo eco del enfrentamiento entre miembros del EPP e integrantes de las fuerzas conjuntas en el departamento de Concepción, exponiendo posturas dispares sobre lo ocurrido.
El autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo volvió a protagonizar un trágico episodio de violencia y muerte en el departamento de Concepción, resultando víctimas fatales, Bernardo Bernal Máiz, Claudelino Silva y el vicesargento militar Hugo Andrés Monges.
La ciudadanía se hizo eco de lo ocurrido expresando su postura a través de las redes sociales, donde las opiniones se dividieron entre quienes resaltaron la labor de los organismos de seguridad y otro sector que expuso sus dudas acerca de la efectividad de los organismos de seguridad.
A criterio de Felina López la vigencia del EPP es la consecuencia de la corrupción imperante en el país, “estamos festejando lo que los mismos políticos siembran para robar al pueblo, en lugar de dedicarse a trabajar por los más jóvenes”.
Zuni Guerrero lamentó la muerte de un militar que “tuvo que dar su vida para eliminar a un criminal”
A criterio de Teodores Torres, “es triste ver como paraguayos se matan entre paraguayos y nadie sabe la realidad”.
Desde la óptica de Máximo Visconti, “esto forma parte de la historia denominada desviando la atención sobre los bocaditos de oro”.
Roberto Amusquivar manifestó, “pobre gente que muere por su causa, sea equívoca o no es cuestión de ellos”.
Según Adrián Ibarrola “hay que matar más, duela a quien le duela a estos badulaques”, dijo en relación a los miembros del grupo criminal.
“Tantos millones de dólares en armas, equipos, policías y militares juntos y consiguen esto, neutralizar a dos improvisados guerrilleros, una vergüenza por donde se lo mire”, opinó el lector Santiago Fariña.
Carmen Rodríguez sostuvo que “ya era hora que le tocara a estos infelices, ojalá que todos los miembros de esta maldita banda mueran así, por haber acabado con tantas vidas inocentes”.
María Amarilla se preguntó ¿Cuando va a terminar esta historia? Por Dios, ¿Será que el estado es incapaz o hay otros intereses?
Por su parte Karina Sánchez asegura que “la vida se encargó de cobrarle a Bernardo Bernal Máiz, la muerte de su tía poniéndole una granada en la boca”. ¿Este tipo merece la compasión de ustedes, matar gente por su ideología?.
Tras el enfrentamiento un menor de 16 años, que fuera utilizado como escudo para la huida de los demás insurgentes permanece con paradero desconocido.
Fuente: ABC
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