Los animales vacunos, cuyos dueños se desconocen, diariamente salen a la mañana del radio urbano de la ciudad y pastan por el costado de la ruta 5 hasta el km 7. De ahí vuelven por la misma vía, cruzando de un lado a otro la referida ruta. Los transportistas deben aminorar la marcha, a fin de evitar accidentes.
La foto pertenece a la entrada a la ciudad, justo en el cartel publicitario que da la bienvenida a los visitantes que llegan a la capital departamental.
Los fiscales tienen a mano la Ley Nº 1880, que en su artículo 2° prohíbe la permanencia de animales sueltos en ámbitos de tránsito público. En la ciudad rige la Ordenanza municipal Nº 1169. Ambas disposiciones son letra muerta, según los usuarios de la ruta y calles.
El intendente Alejandro Urbieta se ha llamado a silencio en relación al incumplimiento de la ordenanza municipal, pese a que los concejales, esporádicamente, suelen exigir en sesiones ordinarias.
En la ciudad hay caballos, vacas y burros que recorren las calles destrozando basureros y plantas de los paseos centrales.
Por su parte, en cumplimiento de la ley nacional, las fiscalas Ondina Cabral y Sonia Sanguinez llegaron a imputar a dos propietarios por “exposición al peligro de tránsito terrestre”, pero no fue suficiente para que los dueños de vacunos tomen conciencia, según explicó Ondina Cabral.
Mencionó que cada fiscal debe actuar en su turno respectivo cuando recibe las denuncias. “No es fácil la tarea, porque se necesita de apoyo externo para arrear los animales y luego esperar el reclamo del propietario, pero cada fiscal en su turno tiene la posibilidad de intervenir”, señaló la delegada fiscala Ondina Cabral.
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