Pese a las incursiones en los montes de los efectivos de las Fuerzas de Tareas Conjuntas “Mariscal Francisco Solano López”, el operativo de “cacería” de miembros del Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) hasta ahora es un fracaso.
El “megaoperativo” se inició el 22 de enero pasado, cuando arribó a Hugua Ñandu un contingente de 450 militares, en el marco del operativo “Jaguarete”.
Los efectivos castrenses se incorporaron como apoyo a los agentes de las tropas de élite de la Policía, que ejecutan los operativos “Triángulo” y “Sombra”, desarrollados tras el secuestro de Fidel Zavala.
Pese a la movilización de más de 600 hombres y la millonaria inversión en armamentos y accesorios de logística, hasta ahora la misión conjunta no arrojó tan siquiera una sospecha fundada de criminalidad.
Hasta el momento, los uniformados verificaron los predios de las estancias “La Blanca”, sede del campamento, “Mandyju”, “Ñu Apu’a”; los sectores conocidos como Boquerón y Burro Ka’aguy, en las cercanías de la estancia “Rancho Z”.
Trabajos de inteligencia
Los responsables del operativo conjunto informaron que la misión se encuentra en una fase de recolección de informaciones, a fin de ejecutar futuros ataques certeros para capturar a los secuestradores, que se presume permanecen en la zona. Sin embargo, a 17 días de la liberación de Zavala, los mismos uniformados aún especulan los siguientes pasos a seguir y no hay resultados en una misión más mediática que otra cosa.