En el aspecto bélico, los insurgentes se manejan con armas como FAL (Fusil de Asalto Liviano), pistola ametralladora, el M-16, AK 47, mini Uzi, entre otros.
Estas armas pertenecen al grupo en general. Los elementos que son de propiedad de cada miembro del EPP son una pistola, en algunos casos revólveres, y hasta machetillos.
La vestimenta es todo un protocolo para ellos, ya que consideran el uniforme como una forma de disciplina. Están vestidos como militares. Es decir, con el típico para'i, quepis o gorritos.
Solo algunos de ellos usan pasamontañas, generalmente los que son más conocidos por los lugareños.
Según las investigaciones de los fiscales encargados del caso, los miembros de la banda de delincuentes no viven en el monte.
Utilizan las zonas boscosas para esconder, por no más de 24 horas, a la víctima de secuestro y luego caminan durante la noche para luego llegar, antes del amanecer, a la vivienda de algún colaborador, asentamientos, o comunidades indígenas.
MITO.
Sin embargo, sus estadías en la selva son esporádicas pero bien estudiadas, porque la conocen como la palma de la mano.
Los miembros activos, los que realizan los secuestros (primer anillo) no cazan ni realizan abigeato, pero sus colaboradores (los del "tercer anillo"), sí.
Cabe recordar que el "segundo anillo" lo conforman los subversivos que se quedan en la selva esperando la llegada de las víctimas que son traídas por el "primer anillo".
DINERO E IDEOLOGÍA.
La Fiscalía cree que Ramos se encarga de recaudar pero para su bolsillo, lo que la mayoría de los miembros de los tres anillos del EPP no lo saben ya que creen que esos montos son destinados para "la causa".
ZONAS CONTROLADAS.
Según los agentes de Antisecuestro de la Policía, los plagiadores estarían refugiados en las zonas boscosas de la reserva natural Paso Bravo y estarían rumbo a Vallemí o Puerto Casado.
INFORMANTES.
PAGAN POR RECLUTAS
El dinero de los secuestros se divide en tres partes. Una, para las familias humildes que entregaron a sus hijos a los líderes del EPP con la promesa de que éstos harán culminar sus estudios.
Para ello argumentan carreras rurales cortas como enfermería.
Además de eso, prometen que sus hijos serán grandes líderes campesinos que lucharán por los más necesitados.
De esta manera, van reclutando a jóvenes que en la mayoría de los casos hablan perfectamente el castellano y guaraní y a la vez están preparados, algunos en menor o mayor medida, intelectualmente para la causa.
La segunda parte del dinero va destinado a las necesidades que demanda la logística del EPP, como la compra de armas, alimentos, vestimenta y también todo lo que conllevan los gastos de un secuestro que puede durar mucho tiempo.
La tercera parte va a parar a los "administradores" que se encargan de la repartija final.