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TACUATÍ, Dpto. de San Pedro. Ayer de mañana policías y militares reanudaron las incursiones en el monte hacia donde habrían huido los miembros del EPP que el martes de tarde asesinaron al suboficial 2° Solano David Burgos Sena (29), quien integraba una comitiva de Derechos Humanos que brindó un curso en el destacamento de Tacuatí Poty.
La caravana fue atacada 2.500 metros antes de llegar al Cruce Tacuatí, en un tramo que se está empedrando y que obliga a los conductores a disminuir la velocidad. Esta ventaja fue aprovechada por los criminales del EPP, que se colocaron a un costado del camino, detrás de un montículo de piedras, desde donde efectuaron los disparos.
Justamente en dicho sector, los uniformados hallaron ayer cuatro vainillas servidas de proyectil calibre 9 mm, correspondiente a una pistola; tres cartuchos calibre 12, de una escopeta, y siete casquillos calibre 5.56 de un fusil M-16.
Las evidencias fueron detectadas a una distancia de cinco metros de cada una, lo que indica que los francotiradores del EPP se posicionaron estratégicamente para “asegurar” su objetivo. Sin embargo, las mismas víctimas del atentado señalaron que los criminales siguieron disparando incesantemente durante su huida.
Se cree que los autores del crimen se refugiaron en un área boscosa de la estancia “San Eduardo”, que ya había sido atacada el 10 de julio pasado, cuando los secuestradores emboscaron a un capataz y quemaron su camioneta.
Efectivos militares, a cargo del teniente coronel José Benítez, y policías, a cargo del comisario principal Antonio Gamarra, también se introdujeron hacia un cauce de un arroyo que desemboca directamente en el río Ypané, que divide los departamentos de Concepción y San Pedro, y que es utilizado habitualmente como ruta de tránsito de la banda.
El fiscal Christian Roig dirigió el procedimiento.
La caravana fue atacada 2.500 metros antes de llegar al Cruce Tacuatí, en un tramo que se está empedrando y que obliga a los conductores a disminuir la velocidad. Esta ventaja fue aprovechada por los criminales del EPP, que se colocaron a un costado del camino, detrás de un montículo de piedras, desde donde efectuaron los disparos.
Justamente en dicho sector, los uniformados hallaron ayer cuatro vainillas servidas de proyectil calibre 9 mm, correspondiente a una pistola; tres cartuchos calibre 12, de una escopeta, y siete casquillos calibre 5.56 de un fusil M-16.
Las evidencias fueron detectadas a una distancia de cinco metros de cada una, lo que indica que los francotiradores del EPP se posicionaron estratégicamente para “asegurar” su objetivo. Sin embargo, las mismas víctimas del atentado señalaron que los criminales siguieron disparando incesantemente durante su huida.
Se cree que los autores del crimen se refugiaron en un área boscosa de la estancia “San Eduardo”, que ya había sido atacada el 10 de julio pasado, cuando los secuestradores emboscaron a un capataz y quemaron su camioneta.
Efectivos militares, a cargo del teniente coronel José Benítez, y policías, a cargo del comisario principal Antonio Gamarra, también se introdujeron hacia un cauce de un arroyo que desemboca directamente en el río Ypané, que divide los departamentos de Concepción y San Pedro, y que es utilizado habitualmente como ruta de tránsito de la banda.
El fiscal Christian Roig dirigió el procedimiento.
Fuente: ABC