En ese sentido, Nilda Rojas de Romero dijo que ningún niño llegó para ver su pesebre, que instala desde hace 40 años.
Recordó que, décadas pasadas, los infantes llegaban en grupos y hasta cantaban villancicos.
“Son tradiciones que se están perdiendo”, remarcó la mujer, que pone todo su empeño en arreglar su pesebre.
La señora Angélica Medina, más conocida como “Rubia”, dijo que hace un siglo que su familia prepara los pesebres, uno de los más tradicionales y antiguos de Horqueta, ubicado en el barrio Fátima.
La mujer lamentó que los niños no hayan visitado su pesebre -puesto en el propio patio de su casa- contrariamente a lo que ocurría en épocas anteriores. Dijo que solo fueron a verlo sus vecinos.
Doña Rubia criticó a la sociedad por hacer fiestas bailables en Navidad ya que con estas celebraciones se pierde el sentido real del día en el que se recuerda el nacimiento de Jesús.
El párroco Nelson Ramírez dijo que las mismas familias deben recuperar los valores perdidos para dar un sentido a la Navidad. Dio a entender que los padres son los culpables de darles libertinaje a sus hijos y no imponer disciplina, razón por la cual la misma Iglesia Católica instaló el trienio de la familia.
Recordó que, décadas pasadas, los infantes llegaban en grupos y hasta cantaban villancicos.
“Son tradiciones que se están perdiendo”, remarcó la mujer, que pone todo su empeño en arreglar su pesebre.
La señora Angélica Medina, más conocida como “Rubia”, dijo que hace un siglo que su familia prepara los pesebres, uno de los más tradicionales y antiguos de Horqueta, ubicado en el barrio Fátima.
La mujer lamentó que los niños no hayan visitado su pesebre -puesto en el propio patio de su casa- contrariamente a lo que ocurría en épocas anteriores. Dijo que solo fueron a verlo sus vecinos.
Doña Rubia criticó a la sociedad por hacer fiestas bailables en Navidad ya que con estas celebraciones se pierde el sentido real del día en el que se recuerda el nacimiento de Jesús.
El párroco Nelson Ramírez dijo que las mismas familias deben recuperar los valores perdidos para dar un sentido a la Navidad. Dio a entender que los padres son los culpables de darles libertinaje a sus hijos y no imponer disciplina, razón por la cual la misma Iglesia Católica instaló el trienio de la familia.
Fuente: ABC