El general Restituto González es responsable de disminuir la capacidad operativa de las Fuerzas Especiales. Las patrullas se arman según necesidad y “rejuntando” hombres de diversas agrupaciones. El sargento fallecido era el único de Fuerzas Especiales en el grupo emboscado.
El sargento 1º César Antonio Fernández era el único miembro de Fuerzas Especiales que integraba el grupo de avanzada que fue emboscado por el Ejército del Pueblo Paraguayo, en la noche del 8 de diciembre.
El grupo de cinco militares estaba compuesto por efectivos que sí realizaron el curso de tropas especiales, pero que al finalizar el entrenamiento volvieron a sus unidades de origen.
El sargento 1º Fernández era francotirador y ocupaba el puesto de último hombre en el grupo de avanzada.
Fuerzas Especiales desmantelada
El Gral. Div. Restituto González, comandante de la Fuerza Conjunta, desmantelo las Fuerzas Especiales: organizó patrullas con efectivos regulares, algunos con curso de tropas especiales y 1 o 2 de Fuerzas Especiales.
Las espaldas de los mejores hombres dejó al cuidado de militares que salen de patrulla llevando termos en que las bombillas hacen más ruido que un equipo de radio.
Al confirmarse la operación de tomar el campamento del EPP localizado en Arroyito, en las afueras de Horqueta, se pidieron voluntarios que tuvieran el curso de tropas especiales.
El Tte. 1º Francisco Ávalos Cañete tiene entrenamiento especializado y se presentó como voluntario; unos días antes, estuvo de permiso en Asunción.
El Gral. Restituto González armó una patrulla de “rejuntados”, como bien definieron los militares a quienes entrevistamos, para llevar adelante una operación de alto riesgo.
Una tarea de este tipo requiere del concurso de efectivos con un alto grado de entrenamiento, con armamento adecuado y una interacción que surge de la capacitación constante.
Un grupo táctico de tareas no se improvisa, se entrena y luego de largas sesiones se logra formar un equipo al que basta un cambio de mirada para saber qué hacer.
Esta misión debió ser cumplida por miembros de Fuerzas Especiales y es probable que el resultado hubiera sido otro.
El resultado del sistema impuesto por el comandante de la Fuerza Conjunta es debilitar a las Fuerzas Especiales y exponer la vida de militares en el cumplimiento de misiones para las cuales no están preparados.
El campamento del EPP
La evaluación de inteligencia estratégica hubiera sido suficiente para que los responsables de la Fuerza Conjunta conocieran como se organizan los campamentos del EPP.
Intervenciones anteriores permitieron constatar que todos cuentan con un perímetro defensivo y senderos de escape.
El Tte. 1º Ávalos Cañete comunicó a la 01:20 por teléfono a su señora que se encontraban a 50 metros del objetivo; cortó diciendo que la llamaba al terminar la tarea. 10 minutos fue la emboscada.
Si estaba a 50 metros del campamento, quiere decir que se encontraba dentro del perímetro defensivo cuando se registró la mortal emboscada.
El Gral. Restituto González recuerda a aquellos jefes que consideran que un militar tiene que saber hacer de todo y basta con tener un fusil en las manos.
La doctrina moderna, en cambio, habla de grupos con un alto grado de especialización para el cumplimiento de misiones específicas.
Los grupos tácticos forman equipos de tareas, que es precisamente lo que sucede con las Fuerzas Especiales.
El Gral. Restituto González no puede seguir al frente de la lucha contra el EPP.
El sargento recibió un tiro de escopeta
La emboscada tuvo lugar en medio de la oscuridad, los terroristas del EPP rodearon a los militares. Algunos estaban al ras del suelo y otros se montaron a los árboles.
Los militares tenían chalecos antibalas. En el caso del Tte. 1° Ávalos Cañete, por su estatura (casi 1.90) solo le cubría el pecho y el disparo fue de abajo para arriba a solo dos metros de su desprotegido abdomen.
El sargento 1° Fernández era el último hombre del grupo y al comenzar los disparos desde atrás giró para ver de dónde provenían, allí recibió un mortal escopetazo a la altura del cuello.
La escopeta dispara varios proyectiles conocidos como perdigones, un arma similar quedó en el lugar de la emboscada, abandonada por los delincuentes del EPP. Ningún efectivo militar llevaba este armamento.
Los militares no tuvieron oportunidad para reaccionar, estaban completamente rodeados por enemigos parapetados.
No se previó un perímetro de seguridad para cortar rutas de escape del EPP sumado a la ventaja de que conocen muy bien el terreno en que se desplazan.
Fuente: ABC