El equipo que estaba en la camioneta que interceptó a un hombre, que lanzó el artefacto explosivo hacia el vehículo y causó la muerte de dos uniformados y heridas a otras dos personas, estaba realizando trabajo de inteligencia para dar con el cómplice que proveía de dinamita a los grupos terroristas del Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) y la Agrupación Campesina Armada (ACA).
El fiscal de la Unidad Especializada de Antisecuestro, Joel Cazal, explicó del operativo y cómo se produjo el atentado contra los hombres de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) que viajaban en la camioneta, sosteniendo que el encuentro fue sorpresivo.
INICIO. Aproximadamente cuatro equipos estaban en distintos vehículos realizando operativos de localización e inteligencia en el Departamento de Concepción, por distintas zonas por donde se presumía estaría el encargado de proveer explosivos al EPP y la ACA. Es por eso que en cada equipo había un explosivista, y también como se trataba de un procedimiento encubierto, todos estaban de civil.
En el vehículo que fue atacado viajaban cuatro personas. Como conductor iba el agente especial Juan Manuel Jara, director de la Unidad Antiterrorismo de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad); el capitán de Ingeniería Enrique Daniel Piñánez Ciancio, un experto explosivista; el suboficial de Ejército José Manuel González Ferreira, y un cuatro miembro de la FTC, cuya identidad no fue revelada por la labor en el área de inteligencia que desarrolla.
Se resguardó el nombre de esta cuarta persona porque el mismo pidió al comandante de la FTC, coronel Ramón Benítez, seguir trabajando en la misma área en el combate contra los terroristas, y revelar su identidad afectaría el avance en la localización de uno de los líderes de las organizaciones delictivas.
ENCUENTRO. El equipo liderado por Jara estaba en guardia en zona de Yby Yaú, confirmó Cazal, y mencionó que como no había novedad estaban volviendo a la ciudad de Concepción, cuando alcanzaron a una motocicleta.
Otras fuentes indican que uno de ellos reconoció al motociclista, y empezó una persecución. Supuestamente, y esto lo confirma el fiscal, se trataba de un hombre del ala logística de la ACA.
En el kilómetro 87,5 de la ruta 5, unos 500 metros antes de la Comisaría de Cuero Fresco, Jara, como conductor, intenta cerrarle el paso al motociclista para poder altearlo, pero el motociclista dobla hacia la derecha, se detiene por un segundo, quedando aproximadamente a unos dos metros del vehículo de la Senad, lanza la mochila hacia el costado derecho del vehículo y acelera. Cazal menciona que en el pastizal de la banquina quedaron tres huellas de patinadas. En ese instante, Jara y el cuarto integrante bajan por el lado izquierdo de la camioneta, y van hacia atrás, con intención de detener al motociclista. Mientras, por el lado derecho del vehículo, descienden el capitán Piñánez y el suboficial González.
Cazal señaló que cuando ambos descienden, se produce la explosión. Y aclaró que es imposible que Piñánez haya levantado el bolso con el artefacto adentro, atendiendo a su experiencia.
Indicó además que posiblemente el motociclista también haya sufrido algún tipo de lesión, pues la explosión se produjo de forma muy rápida, y habría estado a unos 10 metros de la camioneta.
La explosión terminó con la vida del capitán y del suboficial, en tanto que el vehículo sirvió como escudo para el agente especial y el cuarto integrante del grupo especial. El fiscal indicó además que las mayores lesiones que sufrió Jara fueron en los pies y piernas, provocadas por las esquirlas que le alcanzaron por debajo del vehículo.
El cuarto integrante también sufrió lesiones, pero su vida no corre peligro.
INICIO. Aproximadamente cuatro equipos estaban en distintos vehículos realizando operativos de localización e inteligencia en el Departamento de Concepción, por distintas zonas por donde se presumía estaría el encargado de proveer explosivos al EPP y la ACA. Es por eso que en cada equipo había un explosivista, y también como se trataba de un procedimiento encubierto, todos estaban de civil.
En el vehículo que fue atacado viajaban cuatro personas. Como conductor iba el agente especial Juan Manuel Jara, director de la Unidad Antiterrorismo de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad); el capitán de Ingeniería Enrique Daniel Piñánez Ciancio, un experto explosivista; el suboficial de Ejército José Manuel González Ferreira, y un cuatro miembro de la FTC, cuya identidad no fue revelada por la labor en el área de inteligencia que desarrolla.
Se resguardó el nombre de esta cuarta persona porque el mismo pidió al comandante de la FTC, coronel Ramón Benítez, seguir trabajando en la misma área en el combate contra los terroristas, y revelar su identidad afectaría el avance en la localización de uno de los líderes de las organizaciones delictivas.
ENCUENTRO. El equipo liderado por Jara estaba en guardia en zona de Yby Yaú, confirmó Cazal, y mencionó que como no había novedad estaban volviendo a la ciudad de Concepción, cuando alcanzaron a una motocicleta.
Otras fuentes indican que uno de ellos reconoció al motociclista, y empezó una persecución. Supuestamente, y esto lo confirma el fiscal, se trataba de un hombre del ala logística de la ACA.
En el kilómetro 87,5 de la ruta 5, unos 500 metros antes de la Comisaría de Cuero Fresco, Jara, como conductor, intenta cerrarle el paso al motociclista para poder altearlo, pero el motociclista dobla hacia la derecha, se detiene por un segundo, quedando aproximadamente a unos dos metros del vehículo de la Senad, lanza la mochila hacia el costado derecho del vehículo y acelera. Cazal menciona que en el pastizal de la banquina quedaron tres huellas de patinadas. En ese instante, Jara y el cuarto integrante bajan por el lado izquierdo de la camioneta, y van hacia atrás, con intención de detener al motociclista. Mientras, por el lado derecho del vehículo, descienden el capitán Piñánez y el suboficial González.
Cazal señaló que cuando ambos descienden, se produce la explosión. Y aclaró que es imposible que Piñánez haya levantado el bolso con el artefacto adentro, atendiendo a su experiencia.
Indicó además que posiblemente el motociclista también haya sufrido algún tipo de lesión, pues la explosión se produjo de forma muy rápida, y habría estado a unos 10 metros de la camioneta.
La explosión terminó con la vida del capitán y del suboficial, en tanto que el vehículo sirvió como escudo para el agente especial y el cuarto integrante del grupo especial. El fiscal indicó además que las mayores lesiones que sufrió Jara fueron en los pies y piernas, provocadas por las esquirlas que le alcanzaron por debajo del vehículo.
El cuarto integrante también sufrió lesiones, pero su vida no corre peligro.