CONCEPCIÓN.- Tres ancianas, todas hermanas, de la ciudad de Concepción, se hallan necesitadas debido a que se encuentran enfermas y sin ayuda del Gobierno. No reciben los subsidios otorgados para la tercera edad.
Se trata de Tomasa Centurión viuda de Argüello, de 101 años de edad; Salustiana Centurión, de 84, y Cristina Centurión, de 74.
Las dos primeras residen en la vivienda de una hija, en el barrio Redención de Concepción; mientras que la última mora en un precario domicilio de San Roque, Culantrillo, cuidando que no ser despojada de su tierra.
Según explicó Delia Argüello, hija de Tomasa, su marido (Juan Pablo Argüello) fue excombatiente de la Guerra del Chaco, pero murió sin percibir la pensión. De esa forma, la viuda quedó en custodia de sus tres hijas que hoy en día ya no tienen posibilidades económicas para solventar los gastos de medicamentos, alimentos y pañales. “Ya no podemos trabajar porque tenemos que cuidar de nuestra madre y de nuestra tía que también vive con nosotras”, explicó Delia.
Indicó que en varias ocasiones recurrió a la Junta Municipal de Concepción, con la intención de inscribir a su madre y a sus tías en el programa de subsidio a la tercera edad; sin embargo, nunca pudieron ser beneficiadas, pese a la gran necesidad que tienen. “Nos dijeron ahí que no se va a realizar la verificación y que nos tranquilicemos”, dijo.
El caso de Salustiana (84) es también complicado, porque no tiene hijos, quedó ciega y depende de una sobrina.
UH
Según explicó Delia Argüello, hija de Tomasa, su marido (Juan Pablo Argüello) fue excombatiente de la Guerra del Chaco, pero murió sin percibir la pensión. De esa forma, la viuda quedó en custodia de sus tres hijas que hoy en día ya no tienen posibilidades económicas para solventar los gastos de medicamentos, alimentos y pañales. “Ya no podemos trabajar porque tenemos que cuidar de nuestra madre y de nuestra tía que también vive con nosotras”, explicó Delia.
Indicó que en varias ocasiones recurrió a la Junta Municipal de Concepción, con la intención de inscribir a su madre y a sus tías en el programa de subsidio a la tercera edad; sin embargo, nunca pudieron ser beneficiadas, pese a la gran necesidad que tienen. “Nos dijeron ahí que no se va a realizar la verificación y que nos tranquilicemos”, dijo.
El caso de Salustiana (84) es también complicado, porque no tiene hijos, quedó ciega y depende de una sobrina.
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