LORETO.- Una familia indígena se encuentra en una paupérrima situación en la ciudad de Loreto, Departamento de Concepción. Su vivienda gotea sin posibilidad de repararla.
Se trata de Dominga Giménez, de 50 años, indígena, que vive con sus dos hijos y un nieto, todos menores, en el barrio San Francisco, en un sector muy bajo. Su vivienda es precaria y se encuentra en una zona muy húmeda.
La familia no posee nada, su pequeña casa hace agua por todos lados en época de lluvia, sus pocas pertenencias se mojan y no tienen otro lugar para refugiarse. “Ya no puedo más, señor. Ya no da gusto, mucho tiempo que vivimos así, cuando llueve no dormimos y nos mojamos todo”, remarcó.
La mujer explicó que su desgracia comenzó cuando sus dos hijos fueron a la cárcel, de donde no pueden salir y que se quedaron solos con sus dos hijos menores y su nieto. “Necesitamos que nos ayuden para mejorar nuestra casa, así aunque sea nuestros víveres que nos dé la gente, no se mojarán de nosotros”, dijo.
Comentó que su hija de 12 años está enferma y que cada vez que acude al Centro de Salud les dan recetas para comprar los medicamentos. “Yo no tengo ni un guaraní para comprar medicamentos, es así que solemos venir a casa sin los remedios”, señaló.
Dijo que nunca recibió ayuda de las autoridades loreteñas y que la familia se mantiene por la caridad de unos pocos vecinos. “A veces no comemos porque no tenemos nada”, sentenció la mujer.
Espera que las autoridades municipales y departamentales les ayuden a través de la Secretaría de Asuntos Indígenas o la Secretaría de Emergencia Nacional (SEN).
La familia no posee nada, su pequeña casa hace agua por todos lados en época de lluvia, sus pocas pertenencias se mojan y no tienen otro lugar para refugiarse. “Ya no puedo más, señor. Ya no da gusto, mucho tiempo que vivimos así, cuando llueve no dormimos y nos mojamos todo”, remarcó.
La mujer explicó que su desgracia comenzó cuando sus dos hijos fueron a la cárcel, de donde no pueden salir y que se quedaron solos con sus dos hijos menores y su nieto. “Necesitamos que nos ayuden para mejorar nuestra casa, así aunque sea nuestros víveres que nos dé la gente, no se mojarán de nosotros”, dijo.
Comentó que su hija de 12 años está enferma y que cada vez que acude al Centro de Salud les dan recetas para comprar los medicamentos. “Yo no tengo ni un guaraní para comprar medicamentos, es así que solemos venir a casa sin los remedios”, señaló.
Dijo que nunca recibió ayuda de las autoridades loreteñas y que la familia se mantiene por la caridad de unos pocos vecinos. “A veces no comemos porque no tenemos nada”, sentenció la mujer.
Espera que las autoridades municipales y departamentales les ayuden a través de la Secretaría de Asuntos Indígenas o la Secretaría de Emergencia Nacional (SEN).
UH