Se trata de Cecilia Acosta Zacarías estaba acusada de proveer de insumos a integrantes de la ACA en la zona de Arroyito, en el norteño departamento de Concepción, y había sido imputada por el delito de asociación criminal.
También estaba acusada de ser cómplice de coacción, privación de libertad, toma de rehenes, robo agravado y producción de riesgos comunes, en relación con un ataque de presuntos integrantes de la ACA.
En un procedimiento abreviado, la acusada admitió los hechos, por lo que fue condenada a cinco años de cárcel, pena que cumplirá en la Penitenciaría Regional de Concepción.
La condena se produce en el marco de la causa abierta contra Alfredo Jara Larrea, presunto líder de la ACA que falleció en noviembre de 2015 tras una intervención de las Fuerzas de Tarea Conjunta (FTC) , el contingente de militares y policías encargado del combate a la guerrilla, cerca de Yby Yaú (Concepción, norte) .
En este operativo murieron además Mariano López Velázquez, el subcomandante de la organización, y Antonio Ovelar González, tercero en la línea de jefatura del grupo, mientras que también pereció una cuarta persona cuya identidad no fue divulgada.
Tras esta operación, que el Ministerio del Interior de Paraguay consideró “ altamente exitosa ” , las autoridades declararon que la ACA había sido “ descabezada ” , ya que no había nadie que sucediera a Jara Larrea, fundador de la ACA, en la línea de mando de la organización.
De acuerdo con el Gobierno, los fundadores de la ACA integraban antes las filas del Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) , grupo armado al que el Gobierno atribuye medio centenar de asesinatos y varios secuestros desde su fundación en 2008.
El EPP tiene secuestrado desde julio de 2014 al policía Edelio Morínigo, y desde agosto de 2015 al colono menonita Abraham Fehr, por cuya liberación exigió el pago de medio millón de dólares.
A finales de febrero el EPP liberó al menonita Franz Wiebe, de 18 años, a quien había secuestrado en julio de 2016, después de que la familia repartiera alimentos en dos comunidades campesinas, como exigió la guerrilla.