Se trata de Carmen Villalba, Alcides Oviedo y Aldo Meza, miembros del Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), quienes tuvieron su audiencia preliminar este jueves, a través de videoconferencia, en donde se elevó la causa de homicidio doloso en grado de tentativa a juicio oral y público.
Las personas son sospechosas de intentar acabar con la vida del comisario Merardo Palacios, y los oficiales de la Policía Nacional Francisco López y Alberto Barboza, en medio de un intento de fuga, ocurrido en el año 2004, en la ciudad de Ñemby, Departamento Central.
Las conexiones de videoconferencia fueron realizadas de manera simultánea entre el Centro Penitenciario para Mujeres Casa del Buen Pastor y la Agrupación Especializada, informaron desde el Ministerio de Justicia.
La videoconferencia se realiza a fin de garantizar la seguridad de la población y poder evitar eventuales fugas o rescates de personas privadas de libertad consideradas de alta peligrosidad dentro del sistema penitenciario.
Villalba guarda reclusión en el Penal del Buen Pastor, luego de ser condenada por el secuestro de María Edith Bordón de Debernardi.
Además tiene otra condena de siete años de prisión por toma de rehén en el Buen Pastor, que data del 2007. Esta segunda condena ya fue cumplida, pero sigue recluida por el primer caso.
Entretanto, Oviedo Brítez está tras las rejas en la Agrupación Especializada y también fue condenado por el secuestro de María Edith. Además, deberá afrontar juicio oral por el secuestro de Arlan Fick, ocurrido el 2 de abril de 2014, en Paso Tuyá, Departamento de Concepción.
Meza también está recluido en la Agrupación Especializada, por el secuestro de María Edith Bordón.
Las tres personas fueron condenadas a 15 años de cárcel, más tres años de medidas de seguridad por el secuestro.
El secuestro de María Edith
El secuestro de María Edith Bordón de Debernardi fue realizado el 16 de noviembre de 2001, por el entonces Partido Patria Libre, que luego se convertiría en el EPP.
Tras permanecer 64 días en poder de sus secuestradores, fue liberada con los ojos vendados en la madrugada del martes 19 de febrero de 2002.
Su esposo Antonio Debernardi había revelado que pagaron USD 1 millón por su libertad.