De esa manera se ejecutaba el más cruel de los asesinatos que se le atribuye a la banda armada, que opera principalmente en el departamento de Concepción.
La imagen era muy fuerte, la tía de “Coco” Bernal Maíz, supuesta integrante del apoyo logístico del EPP, quedó totalmente desfigurada; los vecinos y familiares quedaron sorprendidos de la manera en que encontraron a la mujer. Los intervinientes no quedaron menos impresionados; incluso el médico forense dijo que era la primera vez en toda su vida que veía una escena tan cruel.
Los asesinatos de personas supuestamente vinculadas al EPP y también ejecutados por el mismo grupo han tenido como una constante los disparos de escopeta, un arma con gran poder destructivo, lo que hace presumir que los asesinos quieren demostrar la agresividad con que actúan contra los “traidores”.
Eusebia Maíz dejó huérfanos a siete menores de edad; su hija más pequeña tiene solo tres años.
El suboficial segundo Víctor Acosta, quien recibió disparos de los criminales que después asesinaron a Eusebia, también está muerto. Dejó dos menores huérfanos y una esposa, que dependían de él para sobrevivir.
La tarea de ubicación de los milicianos del EPP se ha tornado muy difícil para los organismos de seguridad, a tal punto que han cometido 34 hechos delictivos y los principales cabecillas del grupo armado no han podido ser capturados. Mientras tanto, los pobladores de diferentes puntos del primer departamento se mantienen con mucho miedo por otros eventuales ataques.
Además, la permanencia del grupo en la zona ahuyenta a inversionistas, lo cual hace que el departamento cada vez se hunda más en el atraso.
Los asesinatos de personas supuestamente vinculadas al EPP y también ejecutados por el mismo grupo han tenido como una constante los disparos de escopeta, un arma con gran poder destructivo, lo que hace presumir que los asesinos quieren demostrar la agresividad con que actúan contra los “traidores”.
Eusebia Maíz dejó huérfanos a siete menores de edad; su hija más pequeña tiene solo tres años.
El suboficial segundo Víctor Acosta, quien recibió disparos de los criminales que después asesinaron a Eusebia, también está muerto. Dejó dos menores huérfanos y una esposa, que dependían de él para sobrevivir.
La tarea de ubicación de los milicianos del EPP se ha tornado muy difícil para los organismos de seguridad, a tal punto que han cometido 34 hechos delictivos y los principales cabecillas del grupo armado no han podido ser capturados. Mientras tanto, los pobladores de diferentes puntos del primer departamento se mantienen con mucho miedo por otros eventuales ataques.
Además, la permanencia del grupo en la zona ahuyenta a inversionistas, lo cual hace que el departamento cada vez se hunda más en el atraso.
Fuente: ABC