Concepción.- (ABC) Contrariamente a algunos productores que rechazan la mensura, indígenas de la comunidad Ñande Yvypavê piden al Indi encaminar la delimitación judicial de las 1.235 hectáreas que poseen porque permanentemente son acosados por campesinos, quienes quieren apropiarse de su territorio.
El inmueble ubicado en el distrito de Horqueta, departamento de Concepción, alberga a 20 familias de varias etnias.
Lázaro Hiter, líder de la comunidad, explicó que el juez pidió la autorización del Indi para la publicación y considera que en los próximos días ya se adelantarían los procesos.
El interés del nativo en mensurar el inmueble es por la amenaza constante de invasión que reciben de los campesinos. “Los sintierras dicen que van a matar a mi gente si procedemos a alambrar, pero las amenazas no quedan allí. Tenemos una piscina de cría de tilapia que fue envenenada. Cortan además el alambrado existente. Así nos acosan para que no procedamos al alambrado total”, apuntó.
Según explicó, los campesinos están causando grandes pérdidas a la comunidad. Por ejemplo, comieron 25 pavos y otras aves que son la base de la alimentación. Agregó que los labriegos traen incluso ganado ajeno y faenan en la propiedad para culpar a los nativos. “El problema se acrecienta y hay amenazas de muerte de por medio y en esas condiciones no podemos vivir tranquilos”, apuntó.
Según Hiter, los campesinos son de la zona y siempre penetraron en la propiedad con la complicidad de otros caciques, pero ahora que se quiere resguardarla se enojan y amenazan.
El nativo espera que el Indi les apoye para que los invasores sepan que es una propiedad indígena y como tal está protegida porque así dice la Constitución. Explicó que mientras no se realicen la mensura y el alambrado de la propiedad, siempre serán acosados por los campesinos, quienes ya han destruido gran parte de los montes.
Preguntado si ya conversaron con los mismos para buscar una salida, explicó que trató de dialogar con los mismos, pero durante más de tres años no se acercaron, al contrario, persiguen, por ejemplo, meten sus vacas en los cultivos y destruyen la mandioca, el maíz y otros rubros. Ante esa situación, también quisieron dialogar, pero tampoco se acercan. Sin embargo, ahora que se quiere alambrar se molestan.
Finalmente, pidió a las autoridades de la Iglesia de Concepción frenar la intención de estos campesinos, porque ellos se reúnen en una capilla de Peguaho Po’i, para luego atacar a los nativos.
La comunidad que preside Hiter es pintoresca. Él es sanapaná, mientras que los otros miembros son pãi tavyterã y mbya guarani.
Lázaro Hiter, líder de la comunidad, explicó que el juez pidió la autorización del Indi para la publicación y considera que en los próximos días ya se adelantarían los procesos.
El interés del nativo en mensurar el inmueble es por la amenaza constante de invasión que reciben de los campesinos. “Los sintierras dicen que van a matar a mi gente si procedemos a alambrar, pero las amenazas no quedan allí. Tenemos una piscina de cría de tilapia que fue envenenada. Cortan además el alambrado existente. Así nos acosan para que no procedamos al alambrado total”, apuntó.
Según explicó, los campesinos están causando grandes pérdidas a la comunidad. Por ejemplo, comieron 25 pavos y otras aves que son la base de la alimentación. Agregó que los labriegos traen incluso ganado ajeno y faenan en la propiedad para culpar a los nativos. “El problema se acrecienta y hay amenazas de muerte de por medio y en esas condiciones no podemos vivir tranquilos”, apuntó.
Según Hiter, los campesinos son de la zona y siempre penetraron en la propiedad con la complicidad de otros caciques, pero ahora que se quiere resguardarla se enojan y amenazan.
El nativo espera que el Indi les apoye para que los invasores sepan que es una propiedad indígena y como tal está protegida porque así dice la Constitución. Explicó que mientras no se realicen la mensura y el alambrado de la propiedad, siempre serán acosados por los campesinos, quienes ya han destruido gran parte de los montes.
Preguntado si ya conversaron con los mismos para buscar una salida, explicó que trató de dialogar con los mismos, pero durante más de tres años no se acercaron, al contrario, persiguen, por ejemplo, meten sus vacas en los cultivos y destruyen la mandioca, el maíz y otros rubros. Ante esa situación, también quisieron dialogar, pero tampoco se acercan. Sin embargo, ahora que se quiere alambrar se molestan.
Finalmente, pidió a las autoridades de la Iglesia de Concepción frenar la intención de estos campesinos, porque ellos se reúnen en una capilla de Peguaho Po’i, para luego atacar a los nativos.
La comunidad que preside Hiter es pintoresca. Él es sanapaná, mientras que los otros miembros son pãi tavyterã y mbya guarani.
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