El doctor Nicolás Leoz Almirón, al explicar los motivos que le impulsaron a realizar la donación a su pueblo natal, dijo que “era una cuenta pendiente de los integrantes de nuestra familia con la recordada Puerto Casado”.
Explicó que este paraje fue escenario de los episodios más gloriosos de la historia de la patria “y un sitio inolvidable, donde de niños veníamos a la gran ciudad, que era Puerto Casado, para admirar el gran movimiento que tenía”. Junto a sus hermanos Leoz resaltó que su presencia es para rendir tributo de recordación a sus padres, Petrona y Gregorio, quienes forjaron la familia en el Chaco paraguayo.
“La prédica de mi madre siempre radicó en el valor que tiene el estudio, como herramienta para consolidar la dignidad y la libertad del ser humano”, dijo al referir que fue aquella enseñanza la que lo impulsó a esta donación. “Siempre pensé que alguna vez debíamos construir un centro de enseñanza como homenaje a mi familia y como gratitud a tanta gente buena que nos han enseñado a lo largo de la vida en esta comunidad”.
En otro momento de su discurso ante la gran concurrencia y frente a un entusiasta alumnado, expresó el doctor Leoz que ruega a Dios que este centro educativo “sea una luz del saber para los futuros bachilleres técnicos del Alto Paraguay”. “Ruego a Dios que esta institución sea motivo de unión entre todos los habitantes y una oportunidad para honrar a nuestro país con hombres capaces”, subrayó.
El cura párroco local, Martín Rodríguez, expresó unas palabras de elogios para la familia Leoz Almirón y en especial al titular de la Confederación Sudamericana de Fútbol.
Afirmó que se sentía realizado porque su proyecto, postergado durante tantos años esta vez se hizo realidad. “Si alguien quiere hacer un bien por su pueblo, tiene que pensar en la educación”, dijo el religioso de la localidad casadeña.
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