Los tentáculos de la mafia y el narcotráfico usualmente son más largos que los de las autoridades y más temprano que tarde llegan hasta los objetivos que se trazan. Esto es lo que, al parecer, ocurrió con el asesinato de Magdaleno Silva.
Pese a haber perdido su banca, tras dos periodos en la Cámara de Diputados, Magdaleno Silva tenía un gran poder político en la zona de Concepción. Amado y odiado, justiciero y villano, el colorado fue cosechando amigos y enemigos a lo largo de los años. Si bien nunca se pudo demostrar su vínculo con el tráfico de drogas, siempre estuvo la sospecha sobre él. La mañana del martes 5 de mayo, sicarios fuertemente armados asestaron el golpe.
A tiros segaron la vida de Magdaleno, de su hijo y de dos personas más. La mafia dejó su sello característico de mucha violencia y ensañamiento, todo a plena luz del día, dando el claro mensaje de no temer a nadie. Las primeras pesquisas apuntan como presunto responsable del hecho a Cornelio Esquivel, alias “Mbytu”, lugarteniente de Luis Carlos da Rocha, alias “Cabeza Branca”.
Desde hace un buen tiempo, la zona de influencia de los narcos se extendió hacia el departamento de Concepción, más específicamente en Yby Yaú, lugar de gran vegetación. El acoso que estaban sufriendo los capomafiosos por parte de las autoridades antidrogas en Pedro Juan Caballero y Capitán Bado hizo que movilizaran sus estructuras hacia lugares más seguros.
Si bien nunca dejaron el departamento de Amambay, sí compraron estancias hacia sitios más lejanos para ir a operar con mayor tranquilidad. Ireneu “Pingo” Soligo fue uno de los primeros en huir hacia Concepción, donde pasaba más desapercibido; sin embargo, fue detenido poco después. También Jarvis Chimenes Pavao mudó sus negocios hacia la zona.
El mismo “Cabeza Branca” movilizó sus fuerzas operativas en los montes de Yby Yaú. Era ya mucha gente dedicada a un mismo “trabajo”, entonces comenzaron los roces y también las intervenciones, que comenzaron a golpear el bolsillo de los narcotraficantes. Todos los “patrones” de la droga fueron detenidos uno a uno. El único que no cayó en las redes de la justicia hasta hoy es “Cabeza Branca” y justamente él es quien maneja a sus anchas el tráfico en la zona, según datos manejados por los investigadores. Sus adversarios están presos o muertos; nadie le hace frente. El capo se volvió un fantasma, nadie lo ve, pero está presente a través de sus lugartenientes, uno de ellos “Mbytu”, poderoso y objetivo de la Senad desde hace un buen tiempo.
Los narcotraficantes se mudaron a Yby Yaú para poder operar en pistas clandestinas. El tráfico de la marihuana es constante, dado que existen grandes plantaciones, pero a la vez en el sitio hay más tráfico aéreo que en el aeropuerto Silvio Pettirossi. Las pequeñas avionetas provenientes de Bolivia bajan en la zona para reabastecerse y seguir vuelo hasta el Brasil. En algunos casos, dejan sus cargas de polvo blanco y llevan dinero.
La presencia de tantos traficantes en una zona siempre genera las famosas “guerras” entre ellos y eso afecta a los narcos y también deja daños colaterales. Magdaleno Silva, fiel a su estilo, decía muchas cosas la prensa o a través de su radio, no se guardaba nada, y en zonas desprotegidas por el Estado los oídos de los capomafiosos son muy sensibles. Generalmente, todo termina en un baño de sangre.
El temor ocasiona silencio
El atentado donde murieron cuatro personas, entre ellos el polémico exdiputado colorado Magdaleno Silva ocurrido el martes en Yby Yaú acrecentó más el temor que se vivía en la zona, hasta el punto que los familiares pidieron que no se investigue el hecho.
Un silencio cómplice se vive en la ciudad de Yby Yaú, departamento de Concepción, luego del asesinato de cuatro personas el pasado martes en el barrio San Juan de dicha ciudad, entre las que se encuentran el exdiputado colorado Magdaleno Silva, su hijo Fernando Silva, Félix Peña e Isaac Peña. También resultó herido un periodista de la zona, Ángel Cabañas, quien se encuentra en delicado estado en el Centro de Emergencias Médicas.
Los familiares de Silva, según señalaron a ABC Color, no desean que se investigue el homicidio debido a que no disponen de garantías en la zona, “en cualquier momento pueden venir a matarnos, no hay seguridad”. Sobre esta cuestión, no quisieron dar teléfonos para peritar, así como tampoco imágenes del circuito cerrado, manifestando que no se grabó nada y que las imágenes salen oscuras.
Las personas consultadas acerca de lo ocurrido y el sindicado como el supuesto autor intelectual del ataque, no dan ningún tipo de respuesta, solo guardan silencio y casi nadie quiere colaborar. El “vox populi” en la ciudad de Yby Yaú era la enemistad entre Silva y Cornelio Esquivel, incluso que Magdaleno recibía amenazas de este. Así también se menciona una asociación comercial anterior entre estos.
El martes, cinco personas aparentemente salieron de una de las 10 casas de Cornelio en una camioneta de color blanco, con dirección al paseo central donde se encontraban el exdiputado, su hijo y dos personas más. De este grupo que acribilló al político, cuatro llevaban puestos pasamontañas y dos estaban con cara descubierta.
En el marco de la investigación, se presume que los dos sicarios serían de la zona motivo por el cual llevaban el rostro cubierto además de que conocían a Alberto Zavala razón por la cual no lo eliminaron.
La mafia, dejó su sello característico de mucha violencia y ensañamiento. Todo a plena luz del día dando el claro mensaje de no temer a nadie. Las primeras pesquisas apuntan como presunto responsable del hecho a Cornelio Esquivel, alias “Mitu”, socio de Luis Carlos da Rocha, alias “Cabeza Branca”.
ABC
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