Arsenio Ayala, un joven del barrio San Antonio, estaba pescando a orillas del río cuando vio un bulto grande, tiró su anzuelo y empezó a sacar con apoyo de amigos.
Se encontraron con la sorpresa de que no fue ningún pez, sino la serpiente que en tierra medía 4 metros y pesaba unos 40 kg. “Yo conozco que es una serpiente inofensiva y que se debía salvar su vida, por eso avisamos de inmediato a las autoridades”, explicó Ayala.
La Fiscalía se constituyó en el lugar y con apoyo de los profesores de la Facultad de Veterinaria UNA tomaron intervención. “Tenemos la orientación del fiscal para devolver a su hábitat lejos de la ciudad, es así que vamos a llevar al Chaco en un lugar donde haya abundante agua y ahí la largaremos”, dijo el Dr. Luis Sanguínez.
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