La hidratación y la alimentación son dos puntos fundamentales que deben tenerse en cuenta para afrontar esta semana que se pronostica altamente calurosa con temperaturas por encima de los 40º C.
Sin importar si la persona trabaja y permanece en oficina o a la intemperie tomar agua y consumir frutas y verduras ayudan a obtener los minerales y electrolitos que el cuerpo necesita.
Una persona con menos de 90 kilos de peso debe consumir entre 2 y 3 litros de agua por día y la manera de tomar esta cantidad es de manera gradual con 250 cc por vez hasta completar la toma, independientemente de la toma de mate y tereré.
“No es recomendable tomar de una vez más de 500cc porque el cuerpo inmediatamente se deshace del exceso de líquido y así el cuerpo queda sin hidratación”, explicó el cardiólogo José Ortellado en contacto con la 730 AM.
Recomendó no exagerar con las bebidas azucaradas ya sean jugos o gaseosas porque sin sentirlo estas producen deshidratación de las células, tampoco es bueno beber extremadamente frías las bebidas porque puede dañar al organismo.
En cuanto a alimentación, Ortellado sugiere incluir alimentos de cinco colores diferentes en la dieta diaria sea frutas y/o verduras como zanahorias, pepinos, lechugas y sacar provecho de las frutas de estación como la sandía y el melón.
“Estos alimentos aportan en forma natural los minerales y electrolitos que el cuerpo necesita así como el magnesio y calcio””, indicó y agregó que las bebidas saborizadas son una buena opción para hidratarse porque ayudan a reponer estos componentes en el organismo.
Una manera de darse cuenta que uno está quedando sin electrolitos es cuando se manifiestan síntomas como calambres o contractura muscular.
Regular ejercicios al aire libre
La práctica de deportes al aire libre con altas temperaturas tampoco es recomendable porque lo que el profesional indica que una rutina de una hora sea dividida en ejercicios de 20 minutos espaciados con 5 minutos de pausa. Durante la práctica es bueno mantener la hidratación y mojar el cuerpo y la cabeza para disminuir la temperatura interna.
“Treinta minutos de esfuerzo físico a más de 38 grados aumenta la temperatura 0, 5 grados y si eso llega a 39 grados puede producir una fiebre por calor y esa temperatura interna del cuerpo puede afectar el cerebro, riñón y corazón que son los órganos vitales en estos casos””, alertó.
Cambio brusco de frío a calor
El cambio entre el frío de los ambientes climatizados y el calor intenso del exterior pueden producir una subida o bajada de presión dependiendo de qué tan hidratado y de allí la importancia de beber agua, indicó Ortellado ya que el cuerpo es capaz de autoregularse en ambos ambientes y es cuando se achican o agrandan las arterias.
“Si la persona no está bien hidratada o la cañería llena de líquido es cuando sufre alguno de los síntomas ya sea que baja la presión y produce mareos o sube y da calambres”, indicó.
La diferencia que supere los 15º C entre un ambiente y otro es el que ya supone un esfuerzo para la regulación de al temperatura en el organismo por lo que recomienda tener en cuanta al temperatura ambiente al entrar o salir de un lugar.
HOY
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