Comunidades como Ybyraty, Arroyito, Kurusu de Hierro, Jhuguá Ñandú, Paso Barreto, Puentesiño, entre otras, son puntos claves para los miembros del grupo terrorista que mantiene cautivo a Fidel Zavala.
El trabajo de años de esta gente mimetizada en supuestas organizaciones campesinas ha dado el resultado que ellos esperaban, la de ir aumentando paulatinamente la cantidad de adherentes aprovechando la miseria, el hambre y el abandono de los mismos.
Las comunidades como Ybyraty, Brasil Cué, Arroyito y Kurusu de Hierro, del distrito de Horqueta; Jhuguá Ñandú, Paso Barreto, San Alfredo, Puentesiño, de Concepción, y San Carlos del APA, son lugares donde el EPP cuenta con gran simpatía de los pobladores. Estas comunidades son permanentemente beneficiadas a través de sus líderes por parte del grupo.
Asimismo, en estos lugares, los miembros del grupo armado reciben protección y hasta refugio cuando son buscados por las fuerzas de seguridad. "Nosotros no le conocemos a Manuel Cristaldo Mieres, Osvaldo Villalba ni Magna Meza, pero sí existen líderes de sintierras y otras organizaciones que nos enseñan la ideología de los mismos, aparte de enseñarnos cuáles son nuestros derechos para defendernos de los latifundistas, policías y fiscales, también recibimos ayuda", explicó un poblador de Ybyraty que se considera adherente del grupo, a quien lo tenemos identificado pero que pidió la reserva de su identidad.
En estos lugares, conseguir que alguien hable abiertamente del EPP es imposible, no por miedo, sino por proteger al grupo.
La mayoría de los habitantes consideran que las acciones que llevan adelante son contra personas que se enriquecieron a costilla de los pobres y el discurso de los mismos es que cuando lleguen al poder los pobres, serán los privilegiados y los ricos serán despojados de sus bienes supuestamente malhabidos.
LA INVERSIÓN.
Los dirigentes que tendrían relación con el grupo y que serían los que están en el área de captación de adherentes, son Alejandro Ramos (prófugo), Casildo López (está preso desde hace poco) y José Villaba. El trabajo de ellos es contactar con los dirigentes campesinos de cada comunidad. La estructura del grupo se completa con contactos en el Poder Judicial, Ministerio Público y Policía Nacional. Estas personas son pagadas para pasar información.
LA BANDA DELICTIVA FUNCIONA POR MEDIO DE CÉLULAS
El EPP cuenta con varias células. Están las que se dedican a los hechos operativos que son los responsables de los secuestros y que constituyen un grupo nómada.
Luego se halla la célula que se encarga del seguimiento de las posibles víctimas y las que trabajan en la captación de adherentes y reclutamiento. El grupo operativo no supera las 15 personas y son los que se mantienen en los montes, pero asistido logísticamente por las otras células.
Los investigadores creen que el EPP abandonó el departamento de San Pedro para concentrase exclusivamente en el departamento de Concepción.
Si bien intentaron instalarse en la zona de Tacuatí en los asentamientos Tacuatí Poty y Yaguareté Forest, no pudieron hacer nada porque la dirigencia campesina de esa zona es fuerte y no permitieron en su momento la instalación de otras ideologías.
Además, la fuerte incursión policial militar obligó al grupo a replegarse al primer departamento en donde sí ya cuentan con importante infraestructura dirigencial.
Osvaldo Villalba y Manuel Cristaldo Mieres son los líderes del grupo junto a Magna María Meza, quienes tienen órdenes de captura por diversos secuestros.