(UH) Mientras se finiquita el problema de la tierra, habitantes del antiguo Puerto Casado se embarcan en un proceso para mitigar las reducidas opciones laborales y precariedad de medios que perpetúan la pobreza.
Manuel Arce (34) tenía 18 años cuando en 1995 se quedó sin empleo al cerrar la fábrica de tanino de la empresa Carlos Casado SA, donde trabajaba como tornero. Hoy es uno de los siete artesanos metalúrgicos de Puerto Casado, cuyas guampas, jarras, materos y otros objetos gozan de gran demanda, principalmente por parte de los tripulantes de las embarcaciones que atracan en este antiguo puerto del Alto Paraguay.En la actualidad, esta actividad es una de las pocas que sostienen a las familias de esta localidad de alrededor de 6 mil habitantes, cuyas opciones laborales se limitan a la elaboración de postes de quebracho o karanda'y; a los empleos en instituciones públicas, a la pesca y a fabricar carbón vegetal; a la cría de ganado menor, la agricultura de subsistencia, a fabricar escobas de hojas de karanda'y o emplearse en las estancias del Chaco o Concepción.
Frente a esta situación, instituciones del Estado, como el Instituto Paraguayo de Artesanía, la Secretaría de Acción Social (SAS), el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) y el Instituto Paraguayo del Indígena (INDI) enviaron el miércoles a sus técnicos, para dar continuidad a dos primeras presencias que realizaron entre el año pasado y agosto de este año. El objetivo inicial es fortalecer las instituciones públicas locales, para que no sigan dependiendo exclusivamente de Asunción, y concretar proyectos que los propios pobladores generen, según explicó Betina Vera, de la SAS.
"Estamos más esperanzados, porque vamos a recibir el apoyo del Instituto Paraguayo de Artesanía -IPA-, al menos por un tiempo, para la compra de planchas de acero inoxidable y asegurarnos mercado", dice Manuel, al término de una reunión entre los representantes de los talleres de artesanía en metal, con Francisco Britos, funcionario del IPA.
Otro grupo de pobladores interesados en mejorar la cría de ganado menor y en la producción de miel, también se reunieron con los técnicos del MAG, que ese día prometieron asistencia técnica.
A la Municipalidad también acudieron personas de la tercera edad para anotarse, con la esperanza de acceder al subsidio a adultos mayores, que ahora otorga el Estado.
"Aquí no tenemos opciones de trabajo", dice Darío Esquivel (27), que al concluir la secundaria en el 2000, comenzó a trabajar en el taller de artesanía fundado por su tío Aníbal Riveros, donde hoy se gana la vida haciendo guampas de acero, que se utilizan para obsequios empresariales.
La población de Casado se halla dividida entre los que apoyan a la secta Moon, que adquirió las 52 mil hectáreas de tierra de la empresa Carlos Casado SA; y quienes apoyaron la expropiación de dicha propiedad, la cual se concretó en el 2005. Pero dos años después, la Corte declaró inconstitucional la expropiación.
El problema de la tierra (ver infografía) no está zanjado; tampoco el de la pobreza y el aislamiento, que todo lo encarece.