Cada fin de mes, el grupo armado ataca estancias, destruye cultivos, maquinarias y construcciones, dejando panfletos. Hasta ahora el Gobierno de Franco no ha logrado detenerlos, pese a las reiteradas promesas.
Ya se ha vuelto un "modus operandi" (modo de operar): desde que el presidente Federico Franco asumió el Gobierno, el pasado 22 de junio, cada fin de mes, el grupo armado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) ataca alguna estancia en la zona de Azote′y, Concepción, y desaparece tras dejar un mensaje.
El último ataque ocurrió al anochecer del viernes 31 de agosto, en la estancia del alemán Robert Reaming, en Paso Tuyá, distrito de Azotey, donde incendiaron un maizal y dejaron una nota manuscrita, en un papel con logos impresos del EPP, en la cual proclaman: "Está prohibido el cultivo de soja, maíz y otros productos que requieran el uso de agrotóxicos".
Tras enumerar varias otras prohibiciones que establecen, alertan: "En caso del incumplimiento de estas prohibiciones, y los autores sean sorprendidos por las fuerzas revolucionarias, los mismos recibirán la pena máxima".
CASOS ANTERIORES.
El primer ataque del EPP en la era Franco ocurrió el jueves 28 de junio, a la tarde, también en Azote′y, a solo seis días de que el mandatario ocupó su cargo, tras la destitución de Fernando Lugo por juicio político, el 22 de junio.
Fue el ataque más violento, ya que además de incendiar tres grandes topadoras que realizaban trabajos de desmonte en la Estancia Terrado (arrendada por los brasileños Toniño y Luisao Baggio), los miembros del grupo armado asesinaron a tiros al tractorista Osmi Oliveira (34). Dejaron un panfleto, pero como no fue hallado, regresaron tres días después y dejaron otra copia del manifiesto pegado al portón de una estancia vecina (La Gringa, de Osvaldo Domínguez Dibb).
"En reiteradas ocasiones hemos advertido a los tractoristas que son sorprendidos echando bosques, que serán condenados a la máxima pena (muerte) por el hecho criminal que hacen", explicaba el planfleto.
Un mes después, al anochecer del domingo 29 de julio, unos cinco hombres armados, con uniforme de combate e insignias del EPP, atacaron la Estancia Guaraní, propiedad del brasileño Fernando Castro.
Esta vez dispararon y dañaron un transformador de energía eléctrica y un tanque de agua, y también dejaron una panfleto con advertencias: "Tomaremos represalias no solo en contra de los matones, sino también en contra de los oligarcas, quienes son los responsables de los asesinatos de nuestros compatriotas".
SIN RESULTADOS.
A pesar de que la lucha contra el EPP es uno de los puntos sensibles de la política de Franco –que busca diferenciarse de la imagen de presunta ineficiencia o complicidad con el grupo armado, que marcó a Lugo–, la actual administración no ha logrado resultados concretos en detener los ataques.
A pesar de reponer en sus cargos a altos jefes policiales que se caracterizaron en la lucha contra el EPP, los ataques a las estancias siguen. Habrá que ver que ocurre el próximo fin de mes, en la zona de Azote′y.
INCÓGNITAS SOBRE AVANCE AL CHACO
El único presunto ataque del EPP que sale del esquema de golpes cada fin de mes, y siempre a alguna estancia en Azotey, es el que ocurrió el pasado lunes 9 de julio, en la Estancia La Mami, en Teniente Picco, Departamento de Boquerón, Chaco paraguayo, a casi 400 kilómetros de su zona de influencia. Ese día, en horas de la mañana, según el relato de la menor B. F., pareja del capataz del establecimiento, dos hombres y una mujer con armas, uniforme de combate con las siglas EPP, incendiaron un retiro y dejaron un mensaje al dueño para que faene y done 20 reses de ganado a comunidades humildes de la zona. La policía no pudo avanzar en la investigación.
Fuente: UH